El caso Ruiz, tolerancia cero y el enojo de Figueroa
El caso Ruiz y una discusión necesaria sobre los vicios de la vieja política. La construcción del Neuquén pos-Vaca Muerta requiere funcionarios e instituciones a la altura de las nuevas demandas sociales.
Fin a unos cuantos días tranquilos en la política neuquina. El viernes estalló el escándalo del año. Con los primeros trinos de las aves, tempranito, apareció la justicia. Un poder que, muchos imaginan, se despabila como una bella durmiente sólo ante el beso de algún príncipe del poder. Especulaciones. En este caso, la apoderada del Banco Provincia de Neuquén fue la encargada de presentar la denuncia. La institución bancaria, a través de su área de Prevención de Lavado, detectó movimientos extraños en las cuentas personales de Pablo Ruiz, hermano de la vicegobernadora de la provincia. Detalles al margen, el sospechoso tendría plazos fijos por más de cincuenta millones de pesos que provendrían de giros desde la legislatura hacia la Casa de las Leyes (institución dirigida por el propio imputado) para su posterior extracción. ¡Un verdadero presunto escándalo!
Nacen dos vías de investigación. La judicial, con sus lapsus, pericias y plazos procesales. Un recorrido administrativo que podría demandar meses. La otra, la política. Una instancia clave que promete separar las aguas. "El gobernador fue muy claro en cada una de las reuniones sobre la transparencia" exclamó algo ofuscado un diputado tras un encuentro exprés realizado en casa de gobierno. Pero el más enojado fue el propio gobernador Rolando Figueroa. Se negó a recibir a la vicegobernadora Gloria Ruiz y aseguran desde su entorno, se mostró presto a que la investigación llegue hasta donde tenga que llegar.
En rigor, desde su asunción, Figueroa insiste en aclarar a sus funcionarios que quien se haga el vivo o meta la mano en la lata, no solo se quedará sin cargo, también tendrá que enfrentar a la justicia. Lo hizo en una reunión de gabinete en la localidad de Junín de los Andes, lo expresó públicamente en varias oportunidades y predica la transparencia en cada alocución ante funcionarios, sindicatos y empresarios. De allí que la noticia cayera como una desilusión y despertara la ira del mandatario neuquinizante. "Algunos no entendieron para donde vamos" resumió una alta fuente de la gesta neuquinizante.
El manejo de los recursos públicos y un nuevo clima de época
Tal vez una de las tareas más difíciles para los observadores de la política y para sus propios protagonistas sea captar los cambios y continuidades en los procesos sociales. La percepción de los argentinos ingresó en un nuevo clima de época. Entre otros, el buen manejo de los fondos públicos gana su lugar en la curva de preferencias de la opinión pública y se posiciona entre las principales exigencias. No se trata sólo de gobiernos que lo impulsan, sino de proyectos que obtienen el triunfo en las urnas porque la demanda existe y son capaces de representarla. Una diferencia de orden que nada tiene de sutil. Quienes creen que la transparencia es una construcción discursiva desde arriba se equivocan. Es hoy una demanda presente en una población que respira el hastío de haber observado enriquecimientos ilícitos por doquier durante muchos años. Los malos hábitos adquiridos por la política tradicional parecen destinados a quedar en la zaranda del hartazgo social omnipresente en los tiempos que corren.
Existe un error de interpretación que parece habitar en algún sector de la coalición neuquinizante. El problema no es menor. De comprobarse las acusaciones que recaen sobre el hermano de la vicegobernadora, la reafirmación del rumbo podría incluir la dimisión del cargo de la titular del poder legislativo. Tiene lógica el enojo que el primer mandatario, los diputados e intendentes tienen con la vicegobernadora. El paso que los neuquinos dieron el 16 de abril de 2023 incluye una apuesta a terminar con viejos y conocidos vicios: nepotismo, corrupción y el sector público administrado para sí, entre otros. La lógica de la confusión entre el Estado y el partido no solo es parte del decálogo de cambios que los neuquinizantes pretenden, es parte de la esencia misma de la nueva configuración política en la provincia.
De allí que se equivocan quienes fuerzan una interpretación coyuntural de los hechos. El fondo de la cuestión trasciende una confrontación interna y la discusión presupuestaria típica de los paisajes que suele ofrecer la política tradicional. Está sobre la mesa el propio rumbo político de la provincia. Se trata de una discusión que podría deslucir los avances en materia económica, la salud institucional y la perspectiva futura del desarrollo provincial. Es al mismo tiempo, una discusión extremadamente necesaria.
Las alternativas
El año no está terminado. Vendrán nuevas definiciones que darán cuerpo a lo que sigue. El puntapié inicial materializado en un documento publicado por los diputados neuquinizantes, dictamina "tolerancia cero" para la corrupción y marca el comienzo de una serie de pasos que se llevarán la atención en los próximos días. Mientras se evalúan alternativas, sobrevuelan ideas: "Suspender a la vice, iniciar los mecanismos institucionales para el juicio político, llamar a extraordinarias, o exigirle que tome licencia para ejercer su derecho a defenderse". En cualquier escenario, la política neuquina ingresa en un capítulo distinto.
En todo caso, se trata de una discusión que alguna vez había que dar en Neuquén. La pulseada contra la corrupción que el mismo gobierno anota en el trazo de sus principales objetivos, encuentra una oportunidad: darle mayor nitidez a una definición indispensable para que el despegue económico de la provincia tenga sentido, se construya sobre instituciones sólidas y piense el Neuquén pos-Vaca Muerta en contraste con un pasado al que nadie quiere volver.