Díaz Acosta y sus estrategias que lo catapultaron al título en el Argentina Open
Facundo Díaz Acosta se coronó campeón en el Argentina Open tras vencer a Nicolás Jarry, el chileno que había sorprendido a la comunidad tenística con su victoria frente al español Charly Alcaraz.
El tenista argentino Facundo Díaz Acosta levantó su primer título como profesional, nada más y nada menos que en el Argentina Open. En la final derrotó a un rival de primer nivel como lo es el chileno Nicolás Jarry, en un partido donde la estrategia fue clave para llevarse la victoria.
En la antesala, el partido parecía muy complicado para Díaz Acosta, que pese a llegar a la final tenía enfrente a un Jarry que había superado a jugadores de primer nivel como Stan Wawrinka y Tomás Etcheverry, y que además había dado el golpe del torneo al derrotar al número 2 del mundo, el español Carlos Alcaraz.
¿Cuál fue la clave de su éxito? Tres elementos que transformaron el juego en una obra maestra.
La anticipación del drive: Díaz Acosta deslumbró con su arma secreta: un drive cargado de top spin y aceleración. Un golpe que, como una sinfonía, le permitió competir de igual a igual con cualquier rival. En la final, quedó claro que su drive no solo era su mejor golpe, sino también el protagonista indiscutible de su victoria.
Variantes maestras: El arte de atacar y defender en el momento justo. Díaz Acosta desplegó su repertorio con maestría: atacó, defendió, jugó profundo, jugó corto. Contra un rival de casi dos metros como Jarry, Díaz Acosta entendió que la clave estaba en no dejarlo sentirse cómodo. Utilizó variantes inteligentes, como el drop shot, para sacar a Jarry de su zona de confort y desestabilizar su juego potente.
Concentración inquebrantable: En el escenario de su primera final ATP, Díaz Acosta demostró una madurez impresionante. Su concentración fue el hilo conductor de su éxito. No le concedió oportunidades a Jarry para insertarse en el partido, manteniendo una mentalidad fuerte y resistente. Afrontó los últimos games con jerarquía, resistiendo el vendaval de golpes de un Jarry desesperado por recuperar el quiebre.