La presidenta del Club Cipolletti recibió una grave amenaza de muerte
El sábado por la noche, Mónica Del Río, recibió una amenaza contra su vida y la de su familia. El club atraviesa momentos de incertidumbre, nervios y declaraciones cruzadas.
La crisis deportiva e institucional que atraviesa el Club Cipolletti sumó un nuevo episodio de violencia. Tras incidentes anteriores que afectaron al plantel profesional y al ex presidente Gutiérrez, ahora le tocó a la actual presidenta, Mónica Del Río.
El sábado por la noche, la presidenta del Club Cipolletti, Mónica Del Río, recibió una grave amenaza contra su vida y la de su familia.
En su domicilio, un joven le entregó un sobre con seis balas y una nota que decía: "Si no te vas del club, si no renuncias, cada bala es una para vos y las otras para los integrantes de tu familia". El mensajero confesó haber recibido 10.000 pesos para entregar el mensaje.
Del Río comentó: "La policía está en mi casa, verificando que estemos bien. No tengo miedo. Si fueron tan cobardes como para mandar un chico con una camiseta, sin cubrirse la cara. Me entrega la nota y me dice que le pagaron 10 lucas para hacerlo. Es un chico de acá. El domingo seguramente lo voy a encontrar".
Además, agregó: "No es necesario mandarme seis balas para decirme que me vaya porque es lo que íbamos a hacer, es lo que corresponde. Tuvimos algunos mensajes por los resultados, pero no les dimos importancia".
La presidenta hizo la denuncia correspondiente y señaló que su familia está en contra de que continúe en su puesto debido al riesgo: "Esas seis balas eran para cada uno de los integrantes de mi familia -la propia Del Río, sus dos hijos y la de su actual pareja Maximiliano Amorone, presidente de la subcomisión de fútbol y padre de dos hijos de una relación anterior- y la verdad es que no vale la pena."
Del Río expresó su frustración: "Estoy con mucha bronca porque parece que no se entiende que el Club Cipolletti no es solo fútbol. Los resultados no hablan de una mala gestión mía. Mi tarea es gestionar. Me quedo con bronca porque piden que me vaya, que se vaya el club de amigos, pero nadie se acerca a colaborar, nadie se acerca con un proyecto."
La gestión de Del Río terminó el 30 de junio y esta semana convocarán a elecciones. Sobre su ánimo y decisiones futuras, afirmó: "No pensé en dar un paso al costado. Primero hay que pensar en el club. No lo podés dejar sin una comisión, sin un presidente. Ni siquiera son socios, no pagan una entrada a la cancha. La deuda está saneada, terminamos de pagar todos los juicios laborales. Los que hablan es solo por resultados futbolísticos. Pero nadie se acerca con ninguna propuesta".
En cuanto al llamado a asamblea para elegir nuevas autoridades, Del Río mencionó: "El candidato a presidente tiene que ser socio durante ocho años consecutivos. El vicepresidente también. Y los vocales cinco años de antigüedad. Hay que armar una lista de 23 personas. Y para votar tenés que tener 2 años de socio. Hoy los socios del club son aproximadamente 3.000.
Nadie se ha acercado. Una sola persona se acercó diciendo que tenía intenciones de ser presidente. Dos listas con 23 personas cada lista, ¿creen que va a aparecer? La gente se cansa, es algo ingrato. El dirigente que se acerca a trabajar es por amor al club. Es todo ingratitud."
En lo deportivo, Del Río fue sincera: "Le dimos demasiado tiempo al técnico -por el marplatense Gustavo Noto, de paupérrima campaña-, puede ser. Esa es la autocrítica que podemos hacer. Los jugadores también son responsables. Son jugadores de calidad, de categoría".
Sobre el partido del fin de semana ante Germinal de Rawson en La Visera, comentó: "Pienso que el domingo va a ir mucha gente a putearnos. Y bueno, que vayan. Que llenen la cancha. Y que el jugador también caiga en la situación. Me parece que algunos todavía no caen en el club en el que están y que la camiseta no les pesa lo que les tiene que pesar. Hay algunos jugadores que no representan la institución como debieran. Hay algunos que caminan en la cancha y no son Messi para caminar".
Actualmente, Cipolletti está último en su grupo, por ahora evitando el descenso. Quedan dos partidos de esta fase inicial y ocho por jugar de la Révalida, con la esperanza de mantenerse en la categoría y, siendo optimistas, pelear por el medio ascenso.
El club atraviesa momentos de incertidumbre, nervios y declaraciones cruzadas. Las redes sociales hostigan y piden cambios. Son momentos complicados y muchos esperan que se pueda superar la crisis, como ha ocurrido en otras ocasiones.
Fuente: Medios