Los hermanos Kiczka fueron trasladados a un penal de Misiones
Los hermanos, acusados de pedofilia, enfrentan rechazo público por su actitud durante el proceso judicial. Son criticados tanto por su evasión inicial como por la conducta de sus familiares.
A pesar del grave delito por el que se les acusa, los hermanos Germán y Sebastián Kiczka siguen generando rechazo debido a ciertos comportamientos. Primero, intentaron evadir la justicia tras ser denunciados. Una vez arrestados, tanto Germán, el diputado, como Sebastián, enfrentaron críticas por sus actitudes desafiantes y soberbias y luego por negarse a declarar.
En una visita comisaría de Apóstoles donde pasaban sus días los hermanos, se mostraron entre risas como si nada pasara y luego insultaron a la prensa tras retirarse.
Los hermanos, acusados de pedofilia, fueron trasladados desde la comisaría de Apóstoles a la Unidad Penal VIII de Cerro Azul, en Misiones. La decisión se tomó por razones de seguridad, según fuentes oficiales.
El traslado, realizado durante la noche del domingo, responde a la necesidad de resguardar a los detenidos en celdas separadas. El juez Miguel Ángel Faría ordenó el movimiento tras la negativa de los hermanos a declarar sobre los cargos de tenencia y distribución de material de abuso sexual infantil.
Este cambio también coincidió con un relevo en la Comisaría de Apóstoles, donde el subcomisario Carlos Ariel Ferraz y el oficial auxiliar Alejandro Rubén Cáceres fueron reemplazados por el subcomisario Héctor Boni y el oficial auxiliar Walter Rodríguez.
Cómo fue la visita
Durante una visita de los familiares a la comisaría, se generó controversia cuando se mostraron despectivos con la prensa. El padre de los acusados, Leonardo Kiczka, expresó su malestar con las declaraciones en su contra, mientras que la tía de los detenidos realizó gestos provocativos hacia los reporteros.
"No voy a declarar nada todavía. Me siento mal, aparte, con todas las barbaridades que están diciendo... Por Dios", señaló ante la prensa el papá de los acusados, Leonardo Kiczka.
Junto a él iba su hermana y tía de los detenidos, que tuvo una serie de particulares actitudes, ya que después de saludar sonriente a la cámara, la mujer se alejó rápidamente, se subió al mismo automóvil que Leonardo y comenzó a elevar el tono de voz para interrumpir las preguntas del periodista.
Cuando finalmente el vehículo arrancó, se acercó a la ventanilla y les sacó la lengua a las personas que se encontraban junto al vidrio.
Fuente: Medios