Privatización de rutas deja afuera a Neuquén y Río Negro: ¿qué pasa con Vaca Muerta?
El plan de concesión vial del Gobierno avanza con licitaciones en rutas nacionales, pero excluye tramos clave en Neuquén y Río Negro, generando incertidumbre sobre el futuro de Vaca Muerta y el desarrollo de la infraestructura en la región.
El Gobierno de Javier Milei avanza en la privatización de rutas nacionales mediante el Decreto Nº28/2024, que contempla licitaciones para 741 kilómetros de carreteras. Sin embargo, el proyecto no incluye tramos en Neuquén y Río Negro, dos provincias clave para el desarrollo energético de Vaca Muerta, lo que genera interrogantes sobre el futuro de sus vías estratégicas.
El decreto, impulsado por el ministro de Economía, Luis Caputo, busca implementar un modelo de concesión vial que no es nuevo en el país. Iniciativas similares, como las del expresidente Mauricio Macri bajo el sistema de Participación Público-Privada (PPP), no prosperaron.
Ahora, la privatización busca alcanzar 9.000 kilómetros de rutas nacionales, con un enfoque inicial en tramos de alto tránsito en provincias como Buenos Aires, Entre Ríos, Santa Fe y Corrientes, así como conexiones internacionales con Brasil y Uruguay.
La exclusión de Neuquén y Río Negro
En la región patagónica, donde el tránsito es menor, aún no se definen los detalles de este plan privatizador. Las rutas nacionales 22, 40, 237 y 242, esenciales para el transporte hacia Vaca Muerta y el turismo cordillerano, están en mal estado. A pesar de los pedidos de traspaso de estas rutas a las provincias, realizados en 2024 por los gobernadores Rolando Figueroa (Neuquén) y Alberto Weretilneck (Río Negro), el proceso sigue estancado.
El ministro de Planificación de Neuquén, Rubén Etcheverry, confirmó la falta de avances en las negociaciones con el gobierno nacional, lo que incrementa la incertidumbre sobre el mantenimiento y financiamiento de estas vías estratégicas.
Un modelo cuestionado para la Patagonia
La aplicación del modelo de peajes en la región presenta desafíos. Las rutas de la Patagonia, como la 237 que conecta Neuquén con Bariloche, o tramos de la Ruta 40, atraviesan zonas con baja densidad de tránsito, lo que dificulta su viabilidad financiera bajo un esquema de repago a través de peajes.
En contraste, el modelo chileno de concesiones, citado como ejemplo por el gobierno nacional, tiene características diferentes. La Ruta 5 de Chile, de 3.336 kilómetros, atraviesa regiones densamente pobladas y genera ingresos suficientes para su mantenimiento, algo que no se replica en el extenso y poco transitado territorio patagónico.
El futuro de las rutas en Vaca Muerta
Las rutas que conectan con Vaca Muerta no solo soportan un tráfico intenso de transporte de hidrocarburos, sino que también son críticas para el desarrollo económico de la región. Mientras tanto, las provincias buscan alternativas para gestionar sus caminos, pero enfrentan limitaciones ante la falta de apoyo de organismos nacionales como Vialidad y Obras Públicas.
La privatización propuesta por el gobierno libertario, junto con el desguace de instituciones clave, plantea más dudas que certezas sobre cómo se garantizará el mantenimiento de las rutas esenciales para la producción energética y el turismo en la Patagonia.
Fuente: Medios