El coaching como medio para transformar la vida

Por Valencia Troncoso / Grupo Post

¿Cómo hacemos para concretar nuestras metas? ¿Qué necesitamos para evitar la frustración, para confiar en nuestro potencial y así alcanzar nuestros sueños? En esta entrevista trataremos de comprender, de la mano del Licenciado en Recursos Humanos y Coaching Profesional - Nicolás Martínez, qué es el coaching ontológico y sus orígenes. Como así también, la presunta disputa con la psicología y cómo nos puede ayudar a la hora de la búsqueda laboral y en la vida cotidiana. 

El coaching dejó de ser una tendencia para instalarse como forma de vida. Ya en el gobierno de Mauricio Macri se conoció que se contrataron a diferentes coaching para ayudar al ex presidente a dar sus discursos, incluso todo su gabinete se reunió para aprender y reforzar sus habilidades. Hoy en día contratan sus servicios desde los CEOs de empresas multinacionales, ya sea para aprender a conducir a sus empleados o para resolver los problemas que surgen entre ellos o hasta los influencers para vender su marca personal y empatizar con sus seguidores. Pero ¿qué tiene en común una persona que se levanta todos los días para ir a trabajar y estas personalidades? Potencial.

Nicolás Martínez estudió Recursos Humanos y luego se sintió atraído por el coaching ontológico, especialización que pudo realizar en la Escuela Instituto de Aprendizaje Transformacional (IAT) a cargo de Adrián Viani y Verónica Soliver. La especialización dura dos años y es avalada por la Asociación de Coaches Ontológicos Profesionales (AACOP).

Qué es un coaching ontológico

La función de un coaching ontológico se puede definir de varias maneras, nos dice Martínez, quien toma la mirada del psicólogo clínico y organizacional -considerado uno de los precursores y maestros del coaching ontológico- Leonardo Wolk, autor del bestseller “Coaching, el arte de soplar brasas”. 

Nicolás señala que “en este libro se define al coach como un soplador de brasas, que ejerce un rol de facilitador de un proceso de aprendizaje en el cual el consultante vuelve a encender las llamas del potencial que percibía apagado. Es decir, logra darse cuenta de lo que tiene, para resolver su inquietud que lo insatisface”. Y añade: “El proceso comienza con la declaración de insatisfacción de algunas de las áreas del consultante. Por ejemplo, la frustración que se mantiene con el jefe. A partir de este quiebre podemos decir que existe la posibilidad de hacer coaching”. 

Martínez explica que el coaching “en términos prácticos refiere a una disciplina antigua, donde una persona o equipo logra conectar con su potencial escondido (capacidad de acción sobre las cosas), a partir de la intervención/colaboración de un tercero llamado coach o entrenador, mejorando su desempeño, y por consiguiente el cumplimiento de sus objetivos”.

La ontología es una rama de la filosofía que se encarga del estudio del ser, la naturaleza del mismo, la existencia y la realidad. Hace referencia a la comprensión genérica de nuestra interpretación de lo que significa ser humano.

En otras palabras, construimos y expresamos nuestra identidad con las conversaciones que mantenemos con nosotros mismos y con nuestro entorno.  Al respecto, Martínez nos dice: “El trabajo del coach se centra en mostrarle cómo el uso y la elección de estos aspectos lingüísticos lo posibilitan o limitan para alcanzar sus resultados, para posteriormente elegir nuevos significados, declaraciones y conversaciones que lo acerquen a sus metas”.

Psicología y coaching

“Lo que tenemos que entender es que el coaching no es una disciplina que no tiene ningún aval, que no tiene ningún control o evaluación”, afirma el licenciado. “Los programas de enseñanza están aprobados por una asociación; el coaching viene a completar la intervención del ámbito psicológico, no se opone”, detalla. 

Las sesiones de coaching son procesos definidos de acuerdo con el tiempo que necesita el consultante para trabajar. “No es un proceso que dure una cierta cantidad de tiempo, sino que el consultante es quien decide cuántas sesiones quiere y es él mismo quien decide cuándo quiere volver, una semana, 15 días o un mes”, específica Nicolás Martínez. 

Y aclara: “El coaching no tiene como fin directo la terapia, aunque resulte terapéutica”. Al igual que en las sesiones que aporta la psicología, el coaching propicia un espacio responsable y confidencial donde las personas se sienten aliviadas, por el solo hecho de ser escuchadas, sin juzgarlas. No obstante, en las sesiones no se tratan psicopatologías, como puede ser un trastorno de ansiedad. 

Al margen de esto, observa Martínez que “actualmente la disputa se ha acortado mucho, dado que trabajan de manera complementaria. Hoy muchos psicólogos utilizan o recomiendan métodos que propone el coaching ontológico para alcanzar los objetivos del consultante, y a su vez, son muchos los coach que deciden derivar o recomendar a su coachee (consultante) con un psicólogo para que continúe con su proceso”.

Vida cotidiana y coaching profesional

Hasta aquí, la teoría. ¿Pero para qué le sirve a una persona el coaching ontológico? Nicolás lo resume en dos palabras: “Libertad y empoderamiento”. Y profundiza: “El coaching aporta en principio libertad de poder resolver un problema porque muchas veces los consultantes se sienten aprisionados”. Y remarca: “Dicen que la situación que tienen es porque su jefe no cambia o su compañero de vida no cambia o porque sus hijos no cambian. Entonces están todo el tiempo echándole la culpa al otro y es a través de un proceso de coaching que comienzan a darse cuenta que son responsables de aquellas cosas que no pueden alcanzar”.

“Una vez que llegan a protagonizar la situación, es decir, de qué manera ellos son parte de ese problema, se plantea qué pueden hacer para salir de esa situación”.

Cuando nos damos cuenta del problema y de qué manera somos parte de él, abordamos otra etapa, según nos comenta Nicolás, y aporta que el consultante “se da cuenta de las nuevas acciones que permiten alcanzar sus objetivos”. 

Señala: “Cuando alguien viene con un problema decimos que tiene una mirada limitante y por ende tiene acciones que no le permiten alcanzar sus objetivos, queda sin poder, sin poder de intervención en lo que quiere trabajar”.

Habilidades para la búsqueda de trabajo: ¿cómo interviene el coaching?

Una de las preocupaciones que se enfrentan en la vida cotidiana es la búsqueda de trabajo. Al ser consultado, el licenciado y coach ontológico Nicolás Martínez responde: “El coaching sirve tanto para la búsqueda de trabajo como para el que ya tiene un trabajo y quiere sentirse más a gusto”.

El consultante aprende e incorpora habilidades conversacionales que le permiten, de alguna manera, expresar con claridad dónde está y el lugar hacia donde quiere ir, lo que le proporciona identidad a su discurso y se diferencia de otros candidatos, “le permite definir con más claridad las acciones que debe llevar a cabo para conseguir ese trabajo”, sostiene Martínez.

Otro de los beneficios de esta disciplina en la búsqueda de trabajo tiene que ver con las creencias limitantes que trae consigo la persona. “Estas experiencias bloquean las posibilidades y el potencial que tenemos para la vida laboral”, reflexiona el coaching profesional Nicolás Martinez. 

Y para quienes ya están trabajando, el coaching incorpora habilidades conversacionales y “le permite de alguna manera hacer la diferencia”, afirma. Además, le es provechoso “al desarrollar su escucha activa para poder interpretar lo que dice su entorno y poder responder en consecuencia”. 

De la misma manera, “el coaching ontológico también desarrolla muy bien su gestión emocional, tanto para las emociones propias como para identificar las de los demás. Desarrollar un espacio ameno y productivo”, define el especialista.

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