Charlie y la fábrica de Pizzas: un emprendimiento que surgió en pandemia
En el afán de incluir vegetales a la dieta de su hijo, el emprendedor neuquino terminó produciendo masas de pre pizzas que hoy son su principal fuente de ingreso.
El emprendedor neuquino, Ariel Davidovsky, siempre estuvo relacionado al mundo de los alimentos. Su padre fue durante muchos años el representante de una importante marca de pastas y panificados en la región.
Trató con clientes, idas y vueltas con comercios, precios, inflación etc. Nada de esto le es ajeno a Ariel quien en pandemia y preocupado por la alimentación de su hijo, decidió comenzar a incluir vegetales en la elaboración de la masa de la pizza, que era casi la única manera de que el pequeño consumiera productos del mundo vegetal.
Las masas comenzaron a salir buenas y ricas, semana tras semana. Tal fue la aceptación que comenzó a ver esta elaboración como una fuente de trabajo en un momento complicado en la vida de muchas personas.
En la actualidad, Ariel hace prepizzas de remolacha, espinaca y zanahoria. En un principio hacía de semillas de Chía, Sésamo y algunas otras más.
A partir de la elaboración de masas con vegetales incluidos vale decir que parte de la alimentación de su hijo comenzó a contar con más productos del mundo vegetal. Lo interesante de esto es que a partir de una inquietud familiar todo terminó transformándose en la principal fuente de ingreso de Ariel.
Según se define Ariel siempre fue un explorador con respecto al mundo de las masas y sus combinaciones. Siempre fui un explorador de sabores y combinaciones: “en el 2020 estuve casi todo el año con mi hijo en casa, poca actividad afuera salvo la bici y un poco de plaza cuando se descuidaban los "cuidadores”. Ahí empecé a amasar e incorporar vegetales en la alimentación de mi hijo y encontré la mejor manera de incorporar vegetales a las masas de pizzas. Salían ricas, y semana a semana mejores. Fue un incentivo al encierro y también sume como 10 kilos arriba”.
En ese momento, Ariel estaba sin trabajo, en una situación compleja, y comiéndose los últimos ahorros cuando se propuso avanzar y profesionalizarse: “Averigüe en la municipalidad de Cipolletti los requisitos y permisos para poder comercializar. Justo se había abierto el sistema PUPA, un programa para emprendedores que laburan desde su hogar, siguiendo protocolos de higiene y seguridad. Así que acondicione el lugar de trabajo y pude lograr la habilitación Pupa 8”, cuenta Ariel.
A partir de ese momento, fue todo prueba y error. Con respecto a la comercialización fue lo de menos, ya que toda la dinámica familiar de comercio la tenía incorporada, sumado a que posee estudios universitarios administrativos.
La marca con la que se comercializa este proyecto es “Charlie y la fábrica de pizzas”, en un principio, y como trampolín para instalar la marca, Ariel comenzó a difundirlas y venderlas en las ferias de economía social del municipio cipoleño. Con un stand se dedicó a predicar y difundir su producto. Fue informando y comentandole a la gente que visitaba su puesto y haciéndolos probar el producto.
En la actualidad, se producen unas 200 prepizzas diarias. Se distribuyen en Cipolletti directamente y en algunos negocios de Fernández Oro y Neuquén, que se acercan directamente a la fábrica.
“Las masas tienen la particularidad de ser caseras, tienen ese toque hogareño que hace diferenciarse de las panaderías clásicas, además de incorporar sabores que también es un valor agregado” concluye Ariel, quien hace una mención especial a la generosidad de Juan Carlos de Panaderías Julián, de Cipolletti, por haberle dado 8 tips que le ayudaron a mejorar la masa de forma notable.
Sobre RePUPA
Es un registro creado en la ciudad de Cipolletti por la Ordenanza de Fondo 325/17, la cual otorga un marco regulatorio a los alimentos artesanales de bajo riesgo para comercializarlos dentro de la ciudad. La Dirección de Economía Social es la encargada de asesorar, mediante protocolo y acompañamiento técnico, a los emprendedores para lograr dicha certificación.
Fuente: Medios