Ganó "Rolo" Figueroa, perdió el MPN y comienzan nuevos tiempos para Vaca Muerta
En un hecho histórico para Neuquén, el espacio político Comunidad se alzó con la victoria, en una batalla muy polarizada.
Editorial/ Neuquén Post
Por primera vez en seis décadas el Movimiento Popular Neuquino perdió una elección para la categoría de gobernador. Aquella interna postergada se trasladó finalmente a los comicios generales y la falsa oposición cumplió el rol de telonera en un hecho histórico para la provincia.
Finalmente, el retador, Rolando Figueroa, se alzó con la victoria en una polarizada batalla que el recuento de la boleta única electrónica arrojó con la caída de la tarde noche.
Los factores que pueden explicar el fenómeno son varios. El MPN. aburguesado y obnubilado por el excel de Vaca Muerta, desatendió las exigencias sociales y políticas de los nuevos tiempos. El despliegue tradicional de los aparatos territoriales sucumbió ante el hastío de amplios sectores ignorados por la plutocracia local. Las tendencias electorales exhibían a gritos la necesidad de una nueva forma de construir poder. En los últimos 20 años, el oficialismo provincial perdía votos con premonitoria constancia. Lo esencial fue invisible a los ojos de una cúpula dirigencial demasiado acostumbrada a la victoria eterna.
En cuanto a los candidatos, otra vez la costumbre le jugó una mala pasada al movimiento. La confianza en "el aparato" y las viejas prácticas, conllevó la elección de un candidato poco competitivo como Marcos Koopmann, que no arrimó nunca a las cualidades de su retador. Rolando Figueroa, cuyo liderazgo es natural y aggiornado a los nuevos tiempos, arrancó con el mano a mano ganado y se dedicó a atender, casi exclusivamente, la disputa contra la maquinaria electoral e impersonal del MPN.
La estrategia electoral
Un capítulo aparte merece la estrategia electoral de cada uno. El Movimiento Popular Neuquino apostó al armado de una oferta electoral funcional que no rindió frutos. Los candidatos de uno y otro lado de la grieta nacional cuya función suponía diluir la polarización Figueroa - Koopmann, simplemente no funcionaron. Con un poquito de esto y un poquito de aquello entre sus colectoras, Figueroa logró succionar el voto de Juntos por el Cambio y el Kirchnerismo, bajo un paraguas provincial fundamentado en "la verdadera vocación de poder". Una jugada nada nueva que esta vez alcanzó su cometido.
La estrategia comunicacional también marcó un click en el formato de las campañas provinciales. Los medios tradicionales, cooptados por el oficialismo, no pudieron frente a la dinámica de las horizontales redes sociales que no entienden de pautas ni líneas editoriales. Medios nacionales irrumpieron también en la escena y le dieron a Figueroa una plataforma de difusión no usual en las disputas regionales.
Las clases medias y el voto cruzado.
Pero si el caldo de cultivo lo aportaron los contrastes socioeconómicos, la desidia de la dirigencia oficial y las cualidades de los candidatos y la estrategia comunicacional, el touch final lo aportó la clase media capitalina. El voto inesperado Gaido para la ciudad, Figueroa para la provincia, aportó la sorpresa de un sector social muy importante que ensayó el voto cruzado. Entre quienes se estima optaron por este camino, deben contabilizarse los amplios sectores medios urbanos y los empleados públicos de la provincia, que destaparon el "voto oculto" en los sondeos.
Se abre una nueva etapa en la provincia. La transición es un signo de interrogación que pondrá a prueba la capacidad de convivir entre quienes llegan y quienes se van. En lo político. se cuentan entre los desafío del flamante gobernador: el armado de un equipo diverso pero cohesionado, la administración de un legislativo variopinto, la relación con los partido nacionales que se pretenden parte de la victoria y la sintonía con el nuevo búnker del MPN oficial que personaliza Mariano Gaido, tras la contundente victoria en capital.
Desde lo económico, la correcta administración de la abundancia que augura Vaca Muerta. Ofrecer señales de una nueva distribución del ingreso y las oportunidades. Romper la inercia de factores de poder consolidados acostumbrados a una lógica que se va. En concreto, transformar la bocanada de oxígeno que ayer sintió buena parte de la ciudadanía, en un gobierno transformador que evidencie una nueva época para la provincia más rica y pobre del país.