"Ponemos mucha garra y corazón": brigadistas relatan su labor en Valle Magdalena
A pesar de las difíciles condiciones, el compromiso y la entrega del personal en el terreno son clave para enfrentar la emergencia.
El brigadista Darío Eiermann, responsable del área de Incendios Forestales de Corfone, describió la intensa labor diaria en la lucha contra el fuego que afecta al Valle Magdalena, dentro de la jurisdicción del Parque Nacional Lanín.
Resaltó la importancia de la planificación, el trabajo en equipo y la dedicación que exige esta tarea, fundamental para proteger la vida y el entorno natural. "Es un esfuerzo impresionante", subrayó
Un esfuerzo incansable
Darío trabaja en la contención del incendio en una zona ubicada a 50 kilómetros de Aluminé. Debido al estado del camino, el acceso es complejo: "Tardamos más de dos horas en llegar al flanco izquierdo, en el límite entre el sector 3 y el sector 2", explicó, en referencia al mapa elaborado por el Comité Operativo.
Darío destacó el impresionante esfuerzo de los brigadistas.
En ese sector, el equipo está compuesto por entre 50 y 60 personas, en su mayoría de Aluminé, con el apoyo de cuadrillas de la Federación de Buenos Aires.
Durante el recorrido, el impacto del incendio es evidente. La fauna y la flora están siendo afectadas y el bosque nativo muestra un gran deterioro. De acuerdo con Eiermann, plantas milenarias se están quemando: "eso duele", expresó con pesar.
A pesar de la difícil situación, el brigadista destacó la importancia del trabajo en equipo: "Todo esto es un esfuerzo impresionante de quienes estamos aquí. Operamos en conjunto con maquinaria pesada, como retroexcavadoras, topadoras y palas cargadoras. Cada tarea es un eslabón que suma en esta lucha".
Una ardua labor
Brigadistas combaten las llamas sin descanso.
La jornada comienza temprano en la guardia de Aluminé, donde el equipo se reúne para evaluar las condiciones. Darío explicó que se informan sobre el estado meteorológico, qué se espera para el día que tienen por delante y cómo fue la noche anterior. De esta manera, pueden anticiparse a lo que enfrentarán en el terreno.
Una vez en la zona de trabajo, la exigencia es extrema. "El combate del incendio no es para cualquiera, terminamos agotados. Cada compañera y compañero pone mucha garra y corazón", destacó. Respecto a su labor, reconoció que muchos la consideran arriesgada, pero para él y su equipo es una elección: "Esto es vocación, lo hacemos con pasión y desde el corazón".
Al terminar la intensa jornada, el equipo de Salud y del SIEN realiza controles médicos para evaluar el estado físico de los brigadistas. "Nos revisan y determinan si estamos en condiciones de volver a la montaña al día siguiente", explicó Darío.
Por último, hizo un llamado a la responsabilidad de la comunidad al encender fuego en zonas habilitadas: "No puede quedar activo, hay que asegurarse de apagarlo por completo".
Fuente: Medios