Todavía resiste la fauna capitalina en el arroyo Durán
Pese a la contaminación ambiental, parece que quedan algunos ejemplares de nutrias criollas en arroyos y lagunas de la capital neuquina.
Un grupo de amigos regresaba del Paseo de la Costa en una agradable caminata por la rambla de la avenida Olascoaga y al llegar al arroyo Durán uno de ellos, pescador empedernido, repitió su irresistible ritual de detenerse a contemplar el agua. Fue ahí cuando advirtió que un perro intentaba subir por una de las paredes, cosa que le resultaría imposible.
"¡Miren! ¡Se ahoga!", les gritó a sus compañeros, que ya le habían sacado un par de metros y bajó corriendo, mientras pensaba cómo haría para sacarlo de ahí. Pero grande fue su sorpresa cuando miró para abajo y comprobó que era un coipo, también conocido como nutria criolla. Quiso filmarlo, pero en el apuro no pudo; aunque sí logró sacarle algunas fotos mientras se alejaba nadando muy velozmente.
El muchacho cruzó el carril de la avenida que corre en sentido al centro de la ciudad de Neuquén (a unas pocas cuadras de ahí) y la esperó del otro lado del puente. Nunca salió; astuta, la nutria criolla se refugió ahí abajo. Esperaron un rato, ya caía la tarde, y se fueron con la satisfacción de saber que pese al avance del tiempo, la fauna urbana capitalina resiste. Y lo hace muy bien, como los zorros y liebres del Parque Norte, donde hace un par de años también se vio una mara.
Los coipos tienen portes considerables: entre 60 y 80 centímetros de largo (si se cuenta la cola) y pueden llegar a pesar hasta 9 kilos. El pelaje es de color pardo, más oscuro en el dorso, tienen enormes dientes (por lo cual no se aconseja intentar atraparlos) y habitan en arroyos, esteros y lagunas.
En junio de 2022, un ejemplar de esta especie sorprendió a vecinos del barrio Rincón de Emilio, en cercanías del río Neuquén.
Fuente: Mejor Informado