Murió la mamá de Florencia Penacchi la joven desaparecida hace 18 años
Nidia Aguilera, madre de la estudiante desaparecida en Palermo, falleció este domingo sin saber qué le sucedió a su hija.
Este domingo 28 de mayo, en Neuquén, murió Nidia Aguilera, madre de Florencia Penacchi, la joven neuquina desaparecida en el año 2005 en el barrio de Palermo en Buenos Aires. Sus restos son velados en la sala de CALF, sobre calle Bahía Blanca.
Eliana Fernández, sobrina de Nidia Aguilera señaló que es "un momento tremendamente triste y con la angustia permanente por la desaparición de Flor"; "por un lado, pienso que Nidia estará ahora aliviada de esa tremenda ausencia y en un punto es lo único que me reconforta que no estará sufriendo".
El nombre de Florencia lo decidió Nidia, por su día de nacimiento el 21 de septiembre.
Además, recordó a su tía como alguien "muy inteligente, culta, templada, sensible". También como una "brillante profesional de la medicina", Nidia Aguilera fue una reconocida neuróloga. Trabajó muchos años en el Hospital Castro Rendón y también en el ámbito privado, en un consultorio sobre calle La Rioja.
Indicó que su tía tuvo un ACV hace unos años "y se recuperó muy bien". Dijo que el fallecimiento "fue algo repentino". Fernández contó que el hijo de Nidia, Pedro Penacchi, llegará por la tarde a Neuquén. Viajará en avión desde Buenos Aires.
Su familiares subrayaron que seguirán adelante con la búsqueda de la estudiante.
Qué pasó con Florencia Penacchi
Florencia Penacchi de 24 años se juntó a comer unas pizzas con unos compañeros de trabajo en la noche antes de su desaparición. Al día siguiente se despertó entre las 10 y las 11 de la mañana, salió de su casa en Güemes al 4700 en el barrio de Palermo sin llevar nada consigo, mandó mensajes de texto desde su celular y habló con su hermano Pedro y su jefe por teléfono para decirle que no iba a ir al trabajo porque no se sentía bien y desapareció sin dejar rastro.
Florencia, estudiante de Ciencias Económicas, con un trabajo en el Instituto de Vivienda de la Ciudad, salió sin llevar dinero, documentos, boleto de subte ni abrigo. El quiosquero cree haberla visto conversar con un chico bastante tiempo, media hora o una hora, pero no está seguro del día en que sucedió. Los conocidos calculan que iba vestida con una musculosa naranja y una falda de jean larga -es la ropa que falta en su casa- y que llevaba sólo su celular.
De ahí en más no se sabe dónde fue, pero una vez fuera envió tres mensajes de textos e hizo dos llamadas: Envió un mensaje a un compañero por un expediente del trabajo. Al rato envió otro a otra compañera diciéndole que se sentía mal pero sin decir qué le sucedía; mandó otro sin decir nada específico a otra amiga y luego llamó a su jefe y le dijo que se sentía mal y que iba al Hospital Fernández. La chica nunca llegó al hospital. También habló con su hermano para preguntarle si había mensajes telefónicos para ella. Y luego nada. El hermano avisó de la desaparición a su madre Nilda.
Fuente: DRN-LMN