Vecinos en Neuquén hartos de un boliche que genera caos nocturno
En el corazón de Neuquén, los habitantes de Centro Este enfrentan noches de insomnio y caos vial debido a un boliche que opera de jueves a domingo. Los reclamos por el ruido, vandalismo y accidentes no cesan, y algunos vecinos, como Daniel, decidieron mudarse para escapar del problema. La Municipalidad aún no ofrece soluciones efectivas, mientras crece la frustración en el barrio.
Los habitantes de Centro Este denuncian ruidos, vandalismo y accidentes provocados por un boliche que opera de jueves a domingo. Ante la falta de soluciones municipales, algunos vecinos deciden mudarse mientras crece la tensión en el barrio.
Un boliche ubicado en la esquina de Ministro González y Mendoza, en el barrio Centro Este de Neuquén, está generando un creciente malestar entre los vecinos. El local opera de jueves a domingo, y en muchas ocasiones organiza eventos privados que prolongan los ruidos hasta altas horas de la madrugada. Esta situación ha llevado a que varios residentes expresen su frustración, afirmando que ya no pueden soportar el impacto en su calidad de vida.
Daniel, un vecino de 70 años que vivió durante dos años en la zona, relató los problemas que enfrentaba por convivir con el boliche. "Es imposible dormir. Entre la música, los gritos y los autos que pasan a toda velocidad, la situación es insostenible", declaró en una entrevista radial. Tras varios intentos fallidos de resolver el problema, decidió mudarse a otro barrio más tranquilo, aunque lamenta que muchos propietarios no tengan la misma opción.
La situación se agrava con incidentes recurrentes de vandalismo y caos vehicular. Entre los episodios más recientes, destaca un accidente ocurrido el pasado 2 de noviembre, cuando un conductor ebrio perdió el control de su vehículo y terminó chocando contra la comisaría primera, ubicada a pocos metros del boliche. El control de alcoholemia confirmó que el joven tenía 1,61 gramos de alcohol en sangre, y se constató que carecía de documentación, lo que llevó al secuestro de su auto.
Los vecinos también señalan la falta de acción por parte de las autoridades municipales. Según denuncias, el personal de control urbano aparece recién al cierre del local, cuando los asistentes comienzan a desalojar el lugar. Daniel afirmó haber pedido a los encargados del boliche que tomaran medidas para mitigar el ruido, como mejorar la acústica, pero hasta ahora no ha habido cambios significativos.
La problemática no solo afecta la tranquilidad de los vecinos, sino también pone en riesgo la seguridad vial y el orden público. Los residentes esperan que las autoridades municipales intervengan de manera urgente para regular el funcionamiento del boliche o buscar alternativas que permitan una convivencia armónica en este sector céntrico de la ciudad. Mientras tanto, la tensión crece y muchos consideran tomar medidas legales o intensificar las protestas para ser escuchados.
Fuente: Medios