Regresan los planeadores al cielo del Alto Neuquén
Desde el 2 hasta el 23 de noviembre, pilotos de todo el mundo se reunirán en el renovado aeródromo de Chos Malal para el XXV encuentro de vuelo a vela, en uno de los destinos más destacados para esta actividad a nivel mundial.
Después de varios años de inactividad, el XXV encuentro de vuelo a vela en Patagonia vuelve a despegar en los cielos de Chos Malal.
La reunión, que se desarrollará del 2 hasta el 23 de noviembre, reunirá a una treintena de pilotos que buscan aprovechar las condiciones únicas de la región para vuelos de larga distancia.
La reciente renovación de la pista del aeródromo de Chos Malal, gestionada por el gobierno provincial, ha sido clave para reactivar este evento de escala internacional.
Miguel Laso, miembro de la comisión directiva del Centro Nacional de Vuelo a Vela de Montaña, destacó la importancia del evento en el circuito global de vuelo a vela:
"Estamos recibiendo pilotos extranjeros gracias al reconocimiento que hemos ganado en Europa y Estados Unidos."
Chos Malal es considerado uno de los mejores sitios del mundo para volar en "onda", un fenómeno que permite a los planeadores alcanzar grandes distancias y alturas.
El impacto económico de este evento es significativo para la región, ya que durante un mes los asistentes ocupan alrededor de 600 camas en hoteles y cabañas, generando beneficios para el comercio y el turismo local. Este año, se espera la participación de 29 pilotos y siete aeronaves, junto con acompañantes y asistentes.
Ramón Chialvo, tesorero del Centro Nacional de Vuelo a Vela de Montaña, subrayó la importancia del vuelo a vela como un atractivo turístico de alto nivel y destacó las mejoras en infraestructura realizadas en el aeródromo gracias al apoyo gubernamental: "La repavimentación de la pista fue impecable y nos permite retomar nuestra actividad en condiciones óptimas".
La práctica del vuelo a vela en la zona de Chos Malal es única debido a las corrientes de viento en altura que se forman al chocar con la cordillera de los Andes, produciendo nubes lenticulares que crean las condiciones ideales para el vuelo de larga distancia. Esta geografía particular convierte al Alto Neuquén en un referente mundial, permitiendo a los pilotos "saltar de onda en onda" y alcanzar distancias de más de mil kilómetros, una característica que pocos lugares en el planeta ofrecen.
Fuente: Medios.