Los internos lograron romper un candado y escaparon de la unidad penitenciaria. Todos los ojos están puestos en la falta de seguridad del penal, que permitió que esto sucediera.
El modus operandi de los estafadores consistía en realizar llamadas telefónicas y obtener, por medio de engaños, datos de tarjetas de crédito y luego hacer compras.
Según testimonios de las autoridades penitenciarias, los reclusos duermen en el piso, arriba de mesas de metal o lugares sin agua ni habilitación. Una jueza denunció la "ineficiencia" del Poder Ejecutivo.