Además de lidiar con la falta de insumos, médicos y enfermeros de la salita del Barrio Progreso son violentado por pacientes alterados. Solicitan al gobierno provincial custodia policial activa.
El menor metió su mano en un secarropas que estaba en funcionamiento. Su papá lo tiene a cargo, junto a otro hermanito, y no puede trabajar por los cuidados que requiere el pequeño.