El gobierno neuquino despidió a tres empleados públicos en diciembre pasado. Uno deberá devolver salarios cobrados, otro fue cesanteado por acoso, y el tercero recibió la exoneración máxima.
Esta medida afecta a los trabajadores no permanentes y está en línea con la política de renovaciones trimestrales que la gestión viene implementando. Además, los empleados deberán pasar un examen de idoneidad para poder acceder a una mayor estabilidad laboral.