La preocupación en la comunidad educativa es que tanto la presunta víctima como el presunto agresor son alumnos de la misma institución y menores de edad.
Miah Cerrillo, de 11 años, contó que junto a sus compañeros miraban un clásico del cine infantil en clase cuando irrumpió el tirador y se enfrentó cara a cara con una de las maestras que asesinó. En medio de la matanza, puso música.