El barrio Don Bosco llora la muerte de la mujer y sus dos hijos tras el incendio
El trágico incendio que se cobró la vida de Belén Orellano y sus dos pequeños hijos ha dejado al barrio Don Bosco sumido en el dolor. Vecinos de toda la vida, impactados por la pérdida, se unen en abrazos y lamentos.
El barrio Don Bosco no encuentra consuelo tras la trágica muerte de Belén Orellano y sus dos hijos, Mateo y Francisco, en el incendio de su vivienda. Desde el domingo, la tristeza invade las calles.
Vecinos consternados se abrazan, buscando apoyo mutuo frente a una pérdida que nadie puede comprender del todo.
Aún se percibe el olor a quemado frente a la casa de la calle Houssay, donde la Policía sigue custodiando el lugar.
El organismo judicial precisó que el informe preliminar de las pericias realizado por Bomberos -recibido por el fiscal del caso Andrés Azar- señala que "el fuego se inició en la salida de un calefactor, que estaba en contacto con una puerta y con 'textiles'", que se propagó con rapidez y, a pesar de los esfuerzos de los vecinos que intentaron ayudar, fue demasiado tarde, al entrar se encontraron con las tres personas fallecidas.
El barrio Don Bosco, consternado por la tragedia
Oscar, vecino de toda la vida, describió la devastación: "La conozco desde que nació. Ella y sus hermanos crecieron junto a mis hijos. Esto nos ha dejado destruidos".
La madrina de Belén, Vilma, vive a pocos metros de la casa donde ocurrió el fatal incendio. El domingo había salido junto a su esposo a visitar a unos familiares y, al regresar, se encontró con una escena de horror: gritos, llanto y desconsuelo.
"No lo podía creer. Ella era una chica tranquila, siempre estaba en casa con sus hijos", contó conmovida. La vivienda en la que vivían Belén, su esposo y sus hijos, pertenecía a sus padres, quienes se habían mudado hace unos años, dejando el hogar a su hija y su familia.
Vilma relató que al llegar vio la casa rodeada de peritos y policías, y fue su sobrino quien le contó que sus padres habían sido llevados a su hogar, probablemente bajo sedantes, tras enterarse de la tragedia. Belén, su esposo y los niños planeaban salir a comer ese día, pero en pocos minutos el incendio transformó su hogar en un infierno.
El dolor se extiende por cada rincón del barrio. El lunes, Vilma aún no podía asimilar lo sucedido. Al ver a una vecina, rompió en llanto y se abrazaron en una muestra de solidaridad. "La conocíamos de toda la vida", dijeron ambas con pesar.
Yolanda, otra vecina que vive cerca de la casa siniestrada, compartió su conmoción: "Todo el barrio está sumido en una tristeza tremenda. El domingo me levanté y mi vecina me dijo que la casa de la vuelta se estaba quemando. Salimos todos y ya estaban los bomberos. Supimos que adentro estaba la mujer y los dos niños. No sabemos cómo pasó todo".
Para Yolanda, lo ocurrido fue una experiencia aterradora e inesperada: "Nunca imaginamos vivir un día tan feo como el de ayer. El barrio está muy triste". Recordó cómo la policía y los bomberos cortaron las calles, y cómo los vecinos salieron conmocionados a las veredas, sin poder creer lo que sucedía.
María Cristina, otra vecina del barrio, describió su dolor: "Conozco a Belén desde que nació, vi cómo creció en la cuadra. Era amiga de mis hijos. Nos criamos todos juntos, hace más de 40 años que somos vecinos". La tragedia la ha dejado devastada. "Es todo muy triste, muy doloroso", dijo entre lágrimas.
El barrio Don Bosco ha sido escenario de otros incidentes recientes. Días atrás, un local de autopartes se incendió y luego ocurrió una explosión en la misma zona. "Nos persigue el fuego. Uno no puede evitar pensar qué es lo que está pasando", reflexionó María Cristina.
El impacto de esta tragedia ha dejado una marca profunda en Don Bosco, un barrio unido y solidario que ahora enfrenta la pérdida irreparable de sus vecinos.
Fuente: Medios