EEUU cuestiona los propósitos de la Base Espacial de China en Neuquén
La comandante del Comando Sur de Estados Unidos, Laura Richardson, habló en una entrevista sobre la base China en Argentina. Duda sobre las intenciones de la inversión en Neuquén.
La base espacial china en Neuquén se convirtió en un punto de tensión en las relaciones internacionales, según declaró Laura Richardson, comandante del Comando Sur de Estados Unidos.
En una entrevista periodística en el marco de su participación en la XVI Conferencia de Ministros de Defensa de las Américas, Richardson expresó su preocupación sobre las intenciones detrás de esta instalación, la tercera de China y la única fuera de sus fronteras. "¿Qué hacen allí? ¿Están traqueando satélites globales de EE.UU., de Argentina?", cuestionó la comandante, sugiriendo que la presencia china podría tener objetivos más allá de la mera inversión.
Esta situación se enmarca en un contexto más amplio de competencia geopolítica, donde Richardson advierte sobre un intento de "cambiar el orden mundial". La comandante enfatizó que "la democracia está bajo ataque" y llamó a la unidad entre los países democráticos para enfrentar los desafíos globales. Sus comentarios reflejan la creciente preocupación de Estados Unidos por la expansión de la influencia china en América Latina.
A pesar de estas tensiones, Richardson aseguró que la relación entre Estados Unidos y Argentina es "de hierro", respetando la soberanía argentina en sus decisiones diplomáticas. Sin embargo, instó a analizar críticamente las intenciones detrás de las inversiones extranjeras, especialmente aquellas provenientes de "gobiernos comunistas" que, según ella, no respetan los derechos de sus propios ciudadanos.
El debate sobre la base espacial china en Neuquén se suma a otras preocupaciones expresadas por Richardson, como la necesidad de potenciar la seguridad económica y nacional en la región. La comandante destacó el potencial de América Latina como abastecedor de energía al mundo, pero señaló que la región "debería ser más próspera de lo que es", sugiriendo que intereses externos podrían estar afectando el desarrollo económico del continente.
Como trasfondo, es importante recordar que Estados Unidos ha expresado repetidamente su inquietud por la creciente presencia china en América Latina, no solo en términos de instalaciones militares o de investigación, sino también en inversiones económicas y acuerdos comerciales. La posición de Richardson refleja la continuidad de esta política de cautela y vigilancia por parte de Washington hacia las actividades de Beijing en el hemisferio occidental, en un momento en que la competencia entre ambas potencias se intensifica a nivel global.
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