Aseguran que el principal riesgo del hantavirus es su alta tasa de mortalidad
Las autoridades de Salud advierten la importancia de tomar medidas preventivas para evitar contagios, mientras se intensifican las campañas de concientización.
Frente a la reciente noticia del fallecimiento de una mujer en Bariloche, producto del hantavirus, el director del Hospital zonal de Bariloche, Víctor Parodi, se refirió a la situación y aseguró que la mayor preocupación es la alta tasa de mortalidad que representa esta enfermedad.
"El hantavirus es una enfermedad endémica, lo que implica que siempre aparecen casos. Sin embargo, debido a su alta tasa de mortalidad, donde de cada dos casos uno es fatal, su relevancia para el sistema de salud es considerable, lo que obliga a mantener la alerta activa", aseguró.
Parodi explicó que el roedor "colilargo" es el reservorio del virus, y en la región que abarca Río Negro, Neuquén y Chubut, aunque la incidencia de casos es baja, la tasa de mortalidad es alarmante, oscilando entre el 36% y el 50%.
Otro desafío importante es que los contactos estrechos de los infectados deben ser aislados durante al menos 42 días para monitorear cualquier signo de contagio y actuar a tiempo.
"Tras la muerte ocurrida en Bariloche, tuvimos que aislar a 25 personas. Sin embargo, eso no implica que un alto porcentaje de ellos se contagien. De hecho, el año pasado hubo 120 aislados, y ninguno presentó síntomas del virus", comentó el profesional.
Contagio de la enfermedad y síntomas
El hantavirus es transmitido por los ratones colilargos, quienes alojan el virus de manera natural en sus cuerpos. El contagio a las personas puede ocurrir al entrar en contacto con su saliva, orina o materia fecal.
Este contagio puede producirse por inhalación, mordeduras o al tocar superficies contaminadas con las heces de los roedores.
Una vez que las personas se enferman, pueden contagiar a otras durante los primeros días a través de las vías respiratorias. Los síntomas iniciales de la enfermedad incluyen malestar general, fiebre, dolores musculares y de cabeza, náuseas, vómitos y diarrea.
Medidas de prevención
Evitar el contacto con roedores y sus secreciones.
Prevenir que los roedores entren o hagan nidos en las viviendas.
Sellar orificios en puertas, paredes y cañerías; mantener la higiene con agua y lavandina. Colocar huertas y leña a más de 30 metros de la vivienda, y cortar pastos y malezas en un radio de 30 metros alrededor del hogar. Humedecer el piso antes de barrer para evitar levantar polvo.
Ventilar por lo menos 30 minutos antes de ingresar a espacios cerrados (viviendas, galpones). Cubrirse la boca y la nariz con un pañuelo húmedo antes de entrar.
Limpiar pisos, mesas, cajones y alacenas con una mezcla de una parte de lavandina y diez de agua (dejar reposar 30 minutos y luego enjuagar). Humedecer el piso antes de barrer para evitar levantar polvo.
Al acampar, hacerlo lejos de maleza y basurales, no dormir directamente sobre el suelo y consumir agua potable.
Si se encuentra un roedor vivo, usar veneno para roedores o tramperas para capturarlo (evitar tocarlo o golpearlo). Consultar en el municipio si disponen de un servicio de control de plagas.
Si se encuentra un roedor muerto, rociarlo con lavandina junto con todo lo que haya estado en contacto, y esperar al menos 30 minutos. Luego, se debe recoger usando guantes y enterrarlo a más de 30 cm de profundidad o quemarlo.
Fuente: Medios