Los ritos de "iniciación" petrolera y el recuerdo espantoso del soldado Carrasco
Brutalidad, silencio, encubrimiento, abusos. El gobierno, el sindicato, la justicia, deben ocuparse de lo que ocurre en los campamentos. ¿Qué diferencia el "baile" de la antigua colimba, con el "cumpleaños" de iniciación petrolera?
Durante 93 años, conocimos historias aberrantes de los malos tratos proporcionados a soldados que cumplían el Servicio Militar Obligatorio. Historias de pesadilla. Terminaron con una muerte, la del soldado neuquino Omar Carrasco en 1994. Aquel caso que marcó a fuego a las sociedades locales empujó la decisión del por entonces presidente Carlos Menem de abolir el servicio militar obligatorio.
Omar Carrasco había ingresado al Ejército desde su pueblo Cutral Co, al cuartel de Zapala, el 3 de marzo de 1994. Desapareció tres días después y su cuerpo fue hallado en las afueras del cuartel casi un mes más tarde. Los peritajes demostraron que su cuerpo estuvo escondido en una letrina en desuso. Por aquel caso fueron condenados los soldados Víctor Zalazar y Cristian Suarez, y el subteniente Ignacio Canevaro. Los soldados ya cumplieron su condena a diez años y salieron libres. Canevaro se recibió de abogado en la cárcel. Aún cumple condena pero desde 2017 tiene libertad condicional y trabaja en el estudio familiar. Los tres condenados proclamaron siempre su inocencia y apuntaban a un sargento, aunque las pruebas los complicaron. El caso posterior por el encubrimiento fue escandaloso y escaló a altas figuras del poder militar de entonces.
Todos sabían lo que pasaba, nadie hablaba. A Carrasco lo molieron a golpes y luego no le brindaron atención médica.
Hay en aquellos "bailes" de la industria militar puntos de contacto con el "cumpleaños" petrolero, ahora denunciado en una empresa que opera en Neuquén, con un trabajador víctima, y once sospechosos que fueron "sancionados disciplinariamente" con el despido, de acuerdo al testimonio del titular del sindicato Mario Rucci. Es insólito que el sindicato como primera expresión pública haya criticado a la empresa que sancionó a los señalados en la denuncia, antes que proteger la víctima.
Esos puntos de coincidencia son el "maltrato al nuevo", el "baile", el delito, y el encubrimiento. Puede que el caso de "iniciación" petrolera conocido ahora en la firma Tenaris sea el primero de estado público en el sector privado. Hasta ahora, los casos conocidos ocurrían en fuerzas de seguridad, policiales, en algunos grupos muy cerrados de ciertas prácticas deportivas o en colegios. Pero que en el sector que motoriza la economía neuquina haya "ritos de iniciación" que incluyen algún tipo de abuso sexual, es una novedad aberrante.
Una especialista consultada por un medio local recomendó usar "botones antipánico" en la industria. Resulta increíble, casi absurdo en la concepción misma de lo que ocurre, tener que aplicar semejante remedio a este tipo de enfermedad social.La actividad petrolera es motivo de orgullo neuquino, y argentino. Desde los primeros pozos a fines del siglo XIX hasta ahora, la industria ha sido el motor del desarrollo del país y ahora,generadora de divisas. Una industria que se fue tecnologizando. Que cambió. Que mejoró. Que se hizo más eficiente y cada vez más profesional. Trabajar en el petróleo -con altos sueldos propios de la actividad- es casi lo mejor que le puede ocurrir a un trabajador de la zona. Que haya ritos de abuso sexual a modo de bienvenida en nuestra industria, es aberrante.
El sindicato, las autoridades de Trabajo del gobierno de Neuquén, la Justicia, deben ocuparse de lo que pasa dentro de los campamentos.