Abuso en jardines: qué signos de alerta pueden presentar los menores de edad
Tras los resonantes casos en los establecimientos educativos 23, 32 y 47, piden prestar atención al comportamiento que desarrollan los niños y niñas ante un abuso.
Durante los últimos días, la comunidad educativa de Neuquén y la angustia de muchos padres esta atravesada por las denuncias por presuntos casos de abuso sexual infantil en tres jardines de infantes, el 23 y el 32 de capital, a los cuales se sumo el caso del 47 de Rincón de los Sauces.
Frente a esto, los especialistas recomiendan estar atentos a algunos cambios de actitud de nuestros hijos o menores de edad de nuestro entorno familiar, como así también dentro de la comunidad en la que convivimos. Afirman que no todos los niños eligen contar estos episodios de abuso.
Ante estos preocupantes hechos, la psicóloga Josefina Illanes explicó cómo abordar este tema con los niños: "Estos abusos ocurren con mucha más frecuencia de lo que la gente piensa. Por eso, es muy importante que cada familia haga hincapié en sus hogares en la prevención, enseñándoles a nuestros hijos cuáles son las partes de su cuerpo, como se llaman y sobre todo contarles que afuera puede haber gente que les puede hacer daño", explicó.
"La mayor parte de las denuncias sobre abusos infantiles se relacionan con personas cercanas a la familia de la víctima. La justicia tiene que estar presente siempre y también, el ámbito educativo deber ser un lugar en donde los chicos puedan expresarse", explicó la psicóloga Illanes.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una de cada cinco chicas y uno de cada 13 varones son víctimas de abuso antes de los 18 años.
UNICEF remarca algunos de los signos a tener en cuenta y que pueden presentarse en niños y niñas abusados
- Cambios de conducta, sobre todo irritabilidad o llanto fácil, además de un retraimiento repentino.
- Se niega a pasar tiempo con una persona concreta o a ir a un lugar que antes le gustaba.
- Actitud defensiva ante el contacto físico o ciertas posturas.
- Regresión de conducta: vuelve a mojar la cama, o a no querer quedarse solo.
- Conducta sexual agresiva o inapropiada, con conocimientos que no corresponden a su edad o dibujos sexualmente explícitos.
- Alteraciones del sueño y bajo rendimiento académico debido a pesadillas y disminución de la capacidad de concentración.
- Alteraciones en la alimentación y la higiene, debidas al estrés o culpabilidad que sienten.
Fuente: Mejor Informado