Una policía salvó a un niño con autismo que estaba al borde de una casacada
El niño de 11 años se ausentó de su casa y fue encontrado en una cascada de 20 metros de altura. Natalia Rauque fue la oficial que lo rescató.
Una emocionante historia de rescate se llevó a cabo el pasado viernes por la tarde en el barrio Usina de Neuquén, cuando un niño de 11 años con autismo se ausentó de su casa y fue encontrado en una peligrosa cascada en una zona boscosa cercana. Gracias al valiente actuar de los vecinos y Natalia Rauque, de la Policía de Río Negro, el niño pudo ser rescatado sano y salvo.
En una entrevista con medios locales Natalia Rauque relató cómo enfrentó el desafío de llegar a lo alto de una cascada de unos 20 metros de altura, a pesar de sufrir vértigo en las alturas.
Sin importar su propio miedo, su única preocupación era auxiliar al niño que estaba en peligro. El pensamiento de la angustia que sentiría la madre del pequeño si algo salía mal, la impulsó a tomar la valiente decisión de rescatar al niño.
Además de ser una efectiva policial, Natalia Rauque es tía de dos niños autistas mellizos, lo que la conectó aún más con la situación del niño rescatado. Con empatía y comprensión, comprendió la intrépida naturaleza de los niños autistas, que a menudo pueden salir a explorar sin medir el peligro. También reflexionó sobre cómo le gustaría que ayudaran a sus sobrinos si se encontraran en una situación similar.
Una vez que logró llegar a la cima de la montaña junto a la cascada y rescatar al niño, junto a su compañero de ronda, José, comenzó el desafiante descenso con el pequeño en brazos.
Tras el exitoso rescate, cuando la adrenalina había disminuido, Natalia se emocionó y se permitió soltar las lágrimas, consciente de los riesgos que había enfrentado y agradecida de que todo hubiera salido bien.
La historia de Natalia Rauque se vuelve aún más conmovedora al saber que, hasta hace poco, se encontraba de licencia médica debido a que su hijita de 10 meses estaba internada en el hospital. Sin embargo, la situación de salud de su bebé mejoró, y ella regresó a su trabajo como policía, demostrando su compromiso con servir y proteger a la comunidad.
Natalia Rauque, quien está a punto de ascender a cabo primero, reflexionó sobre cómo las cosas suceden por una razón y se sintió destinada a estar en el camino de este niño autista que necesitaba ayuda. Su valentía y compasión han llevado a un final feliz en esta emotiva historia de rescate.
Fuente: Medios