La Fiscalía de Neuquén investiga el asesinato de Azul Mía Natasha Semeñenko como un crimen de odio motivado por su identidad de género. Así lo confirmó el fiscal jefe Agustín García, quien detalló que la autopsia reveló que la víctima sufrió múltiples heridas de arma blanca y lesiones provocadas por objetos contundentes.

El cuerpo de Azul, trabajadora estatal del Centro de Atención a las Víctimas, fue hallado el pasado martes 15 de octubre en un canal de Valentina Norte Rural, luego de casi tres semanas de búsqueda. Estaba envuelto en un colchón inflable azul, atado con alambres y sumergido, lo que evidenció un intento de ocultamiento.
“La cantidad y la ubicación de las lesiones nos llevan a la hipótesis de un crimen de odio”, señaló García. Y recordó que desde 2012, la legislación argentina reconoce la identidad de género de manera legal, lo que implica un agravante penal cuando los crímenes son motivados por odio hacia esa identidad.

Tras confirmarse la violencia con la que fue cometido el homicidio, la investigación fue reasignada a la fiscal Guadalupe Inaudi, especializada en violencia de género. Previamente, había estado en manos del fiscal Andrés Azar.
Las lesiones observadas incluyen heridas punzocortantes en el tórax y brazos, así como fracturas en el rostro. Estos elementos llevaron a la fiscalía a encuadrar el caso como transfemicidio, figura que reconoce la violencia extrema ejercida contra personas trans por su identidad de género.
Azul tenía 54 años y era una reconocida trabajadora del ámbito social. La denuncia por su desaparición fue realizada por sus compañeras, que al notar su ausencia laboral dieron aviso a las autoridades.
El Ministerio Público Fiscal continúa realizando medidas para identificar a él o los responsables del hecho. “Cuando surjan datos concretos, los primeros en ser informados serán los familiares de Azul”, aseguró García.
Este viernes, sus restos fueron trasladados al Cementerio Central de Neuquén, luego del velorio que se realizó desde la tarde del jueves.
El caso conmocionó a la comunidad y generó múltiples expresiones de repudio y pedidos de justicia en redes sociales y organizaciones de derechos humanos.
Fuente: Medios