Argentina, ante un hallazgo histórico: el mayor yacimiento de “energía amarilla” de Sudamérica

La exploración del proyecto Amarillo Grande en Río Negro podría posicionar al país como un actor clave en la producción de uranio, recurso estratégico para la energía nuclear y la tecnología global.

Argentina podría estar a las puertas de un hallazgo histórico, el mayor tesoro de energía amarilla de Sudamérica. El país se perfila como un actor clave en la producción de uranio, un recurso altamente codiciado por las potencias mundiales debido a su papel estratégico en la generación de energía nuclear y aplicaciones tecnológicas.

“El lugar que antes simbolizaba la resistencia a la minería, hoy se ha transformado en un emblema del desarrollo minero nacional”, destacó Roberto Zenobi, ingeniero en minas y exdirector del área, en diálogo con medios. Por su parte, el gobernador Alfredo Cornejo anunció la implementación de cuatro leyes claves para promover una minería sostenible en la provincia, consolidando así un nuevo marco regulatorio para atraer inversiones y modernizar la industria.

Río Negro: el epicentro del uranio argentino

En este contexto, todas las miradas se dirigen hacia la provincia de Río Negro, donde la compañía Blue Sky Uranium, junto a su socio local Ivana Minerals S.A., completó un ambicioso programa de 4.959 metros de perforación de relleno dentro del proyecto Amarillo Grande. Los estudios geofísicos realizados detectaron posibles nuevas áreas de mineralización, lo que permitirá planificar futuras perforaciones diamantinas y avanzar hacia el Estudio de Prefactibilidad.

Este paso es clave: el informe definirá si el yacimiento puede transformarse en un distrito de uranio de escala mundial. Las exploraciones realizadas hasta el momento ya confirmaron la presencia de uranio, plata, cobre, cobalto y tungsteno, configurando un corredor mineralizado de más de 2,4 kilómetros de longitud y hasta 1 kilómetro de ancho, a profundidades de entre 40 y 60 metros.

El poder de la “energía amarilla”

Aunque el uranio es de color gris plateado o blanco, tras su procesamiento se convierte en un polvo amarillo intenso, conocido como “yellowcake”, producto del óxido de uranio. De allí deriva el término energía amarilla, un recurso esencial tanto para la generación de electricidad como para usos militares.

Con el proyecto Amarillo Grande, Argentina no solo busca diversificar su matriz energética, sino también consolidar su inserción en el mercado nuclear internacional, atrayendo inversiones y potenciando su desarrollo científico y tecnológico.

Fuente: Medios

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