Muerte en el hospital Heller: la querella sostiene que fue un homicidio agravado tras una intervención policial

José Galeano ingresó en crisis psiquiátrica a la guardia durante la madrugada del 18 de noviembre. Cámaras y testimonios indican que nunca recibió atención médica y murió luego de una violenta “reducción” policial. La causa avanza bajo el protocolo de Minnesota.

Durante la madrugada del 18 de noviembre, un hombre ingresó corriendo a la guardia del hospital Heller. Estaba descalzo y tenía una bermuda, una remera y portaba un cuchillo. Las cámaras lo registraron desesperado, golpeando paredes y pidiendo ayuda. Minutos después, tras una intervención policial, murió. Para la querella, se trató de un homicidio agravado.

Según la investigación de la Fiscalía de Delitos contra las Personas, todos los testimonios coinciden en un punto: José Galeano, de 47 años, atravesaba una crisis. Médicos, policías, enfermeros, personal de seguridad y pacientes describieron un estado de exaltación extrema. A partir de allí, las versiones policiales se superponen y se contradicen, entre “ataques a pacientes”, lagunas de memoria y la idea de una simple “reducción”.

“Pese a que lo califican como ‘agresivo’, no hubo lesionados ni autolesiones, no se evacuó el hospital y la gente solo observaba cómo lo reducían”, sostuvo Marcos Pastorutti, abogado de la querella junto a Federico Egea, Mariano Pedrero y Fernando Diez. La representación fue constituida por los hijos de Galeano (de 17 y 12 años) a través de su madre, Joana, ya que residen en General Alvear, Mendoza.

El domo policial de Godoy y José Marín registró a las 1:24 el ingreso de Galeano al hospital. A las 1:26 llegó el primer móvil policial con balizas; entre la 1:28 y la 1:30 ingresaron al menos cinco móviles más. A la 1:34 se retiraron varios patrulleros y a la 1:58 arribó otro vehículo policial.

Otro domo, en Novella y Godoy, lo captó a las 1:22 corriendo descalzo, con un objeto en la mano, rumbo al Heller. Minutos antes, una cámara privada lo había registrado frente a su casa, asustado, con movimientos nerviosos, junto a su pareja, Débora Olguín. “Ahí están”, se lo escucha decir antes de huir. Ella intentó seguirlo sin éxito.

“Era una emergencia psiquiátrica y terminó víctima de un homicidio”, sintetizó Pastorutti. Anticipó que, en una eventual formulación de cargos, la calificación para los policías será homicidio agravado por la condición de funcionario público, con pena de prisión perpetua. La investigación deberá determinar responsabilidades individuales (autoría, coautoría y participaciones necesarias) según el rol de cada agente.

La causa también incorporó un video difundido en redes sociales donde se ve a cuatro policías cargando a Galeano boca abajo, suspendido en el aire, hasta el exterior. Dos lo sujetan del pelo y dos de las piernas; uno le propina una patada. Testigos afirmaron que gritaba pidiendo ayuda. Luego lo arrojan al piso y un efectivo apoya una rodilla en su cuello y espalda mientras otros observan.

Fuente: Medios

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