Durante el reciente incendio de interfase en el cerro Runge, en Bariloche, se puso a prueba por primera vez un avión observador equipado con tecnología de punta desarrollada por Invap, diseñado especialmente para el Servicio Provincial de Lucha contra Incendios Forestales (Splif). Según las autoridades, no existe otro equipo similar en el país.
La aeronave, propiedad de Invap y hasta ahora ubicada en Córdoba, cuenta con cámaras ópticas e infrarrojas, sensores y sistemas de telemetría que permiten analizar el comportamiento del fuego en tiempo real. El avión despegó desde el aeropuerto de Bariloche para monitorear un incendio que se originó detrás del sanatorio San Carlos y que rápidamente se propagó hacia la ladera, a pocos metros de viviendas.

El proyecto comenzó este año, cuando el gobierno de Río Negro solicitó a Invap optimizar el sistema de alerta temprana de incendios. “Pusimos el foco en reducir el tiempo desde que se detecta una columna de humo hasta que se toman acciones”, explicó Santiago Pérez Ghiglia, gerente de Estrategia Tecnológica y Negocios de Invap.
A diferencia de los satélites, que pasan por un sector cada varias horas o días, el avión permite sobrevolar un área específica y detectar focos de fuego en tiempo real. Sus cámaras infrarrojas identifican puntos calientes, mientras que las ópticas transmiten imágenes en vivo al centro de monitoreo del Splif. Esto agiliza la respuesta y permite estimar la superficie afectada y la cantidad de combustible disponible, según señaló Orlando Báez, jefe del Splif Río Negro.

El primer sobrevuelo también sirvió para evaluar el funcionamiento de los sensores. “Vuela a la misma altura que un avión hidrante para posibles descargas, aunque esta vez no pudo acercarse demasiado por cuestiones climáticas”, indicó Báez.
Un sistema adaptado a las necesidades locales
“Esta no es tecnología enlatada”, destacó Pérez Ghiglia. “Se adapta al tipo de operación del Splif y a la realidad de la zona. Durante la temporada ajustaremos la forma de volar y de usar las imágenes según las necesidades”.
Actualmente, el monitoreo se realiza con un avión tripulado, pero a futuro se proyecta incorporar aeronaves no tripuladas y centralizar información de distintos medios aéreos, integrando datos de Parques Nacionales, Bomberos y otras entidades en una única pantalla de control.
El avión, un Jabiru J-430 de Invap, tiene contratadas 200 horas de vuelo a 1.500 dólares la hora, con tripulación incluida, lo que eleva el costo total a 372.000 dólares (sin IVA), según el Boletín Oficial.

Este primer vuelo real permitió ajustar algoritmos y poner a punto el sistema, según Pérez Ghiglia. Además, el proyecto contó con la colaboración de múltiples organismos: el Servicio Meteorológico Nacional, la Comisión Nacional de Actividades Espaciales, la Fábrica Argentina de Aviones, la ANAC, la empresa AVC, y la Universidad Nacional de Río Negro, que diseñó la red de comunicaciones para evitar suscripciones mensuales.
“Todas estas entidades hacen un trabajo invisible para que el sistema funcione”, concluyó Pérez Ghiglia, resaltando que el avión observador representa un salto tecnológico clave en la lucha contra incendios forestales en Río Negro.

Fuente: Medios.
