Carlos Alcaraz comenzará el 2026 como número 1 del mundo, pero su liderazgo estará bajo amenaza constante por parte de Jannik Sinner. El italiano le pisa los talones y asoma como el principal candidato a arrebatarle la cima del ranking en los primeros meses de la temporada.
Entre ambos se repartieron los últimos ocho títulos de Grand Slam y establecieron una brecha considerable con el resto del circuito, que hoy parece correr desde muy atrás y apenas pelea por el tercer escalón del escalafón.
El español llega al arranque del año con una ventaja importante y, además, podría ampliarla tras el Abierto de Australia, torneo en el que solo defiende los cuartos de final. Sin embargo, el panorama cambia de manera drástica a partir de la gira de polvo de ladrillo.

Las expectativas de Jannik Sinner y Carlos Alcaraz
Allí aparece la gran oportunidad para Sinner. El italiano estuvo suspendido durante tres meses la temporada pasada tras dar positivo en un control antidoping, lo que le impidió disputar los Masters 1000 de Indian Wells, Miami, Montecarlo y Madrid. Esa ausencia le dejó un margen amplio para sumar puntos fuertes en 2026.
A ese contexto deportivo se le suma un factor extradeportivo que podría resultar decisivo: la salida de Juan Carlos Ferrero del equipo de Alcaraz. El extenista fue una pieza clave en el crecimiento acelerado del español y su ruptura abre un interrogante sobre el nuevo rumbo del número 1.

Si bien la separación se comunicó con mensajes cordiales en redes sociales, Ferrero reconoció en una entrevista que las diferencias estuvieron vinculadas al entorno del jugador, un dato que no pasó desapercibido en el circuito.
El comienzo de la temporada será clave para medir cómo impacta esa ausencia en el rendimiento de Alcaraz. Hasta que vuelva a competir oficialmente, el efecto del cambio en su equipo técnico seguirá siendo una incógnita.
Más allá de estas variables, todo indica que 2026 volverá a tener como protagonistas absolutos a Alcaraz y Sinner. El español y el italiano parecen decididos a seguir repartiéndose los grandes títulos y a sostener, al menos en el corto plazo, un dominio que ya marcó una era.
Fuente: Medios
