Mapuches condicionan la construcción del Gasoducto Néstor Kirchner
El proyecto energético más importante del país está en el ojo de la tormenta entre las comunidades indígenas y el gobierno neuquino.
El gasoducto Néstor Kirchner es una mega obra que se extenderá desde Vaca Muerta hasta la provincia de Buenos Aires y permitirá el transporte de gas no convencional a los principales centros de consumo de todo el país. Esta obra se presenta como una gran solución en medio de la crisis energética mundial pero se encuentra condicionada por las comunidades indígenas que se apoyan en una disposición de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que consiste en exigir beneficios de la explotación de la zona alegando una reivindicación territorial.
Según el Convenio 169 de la OIT los pueblos indígenas deben ser consultados sobre obras y procedimientos a ejecutar dentro de su territorio.
El gobernador de Neuquén, Omar Gutiérrez, dio el primer paso con la presentación del “Protocolo de Consulta Previa, Libre e Informada (CLPI)” que le otorga a los referentes de las comunidades mapuches intervención y capacidad de veto en el proyecto energético más importante del país en los últimos tiempos.
De esta forma, el gobierno se amparó en este convenio para presentar el protocolo mediante el cual la Provincia estará obligada a cumplir una serie de pasos administrativos en el futuro. Esos procesos, que demandarán por lo menos dos meses, condicionarían el avance de las obras si los referentes de las comunidades plantean algún reclamo.
No obstante, el gobernador neuquino envió una carta a Ieasa, empresa constructora a cargo de la obra, donde asegura que “no existen comunidades originarias registradas sobre el trazado” correspondiente a la obra energética, y que el gasoducto de Vaca Muerta no pasa por territorio mapuche y sólo una propiedad privada afecta el tramo inicial.
Paralelamente, en la última visita del Presidente de la Nación Alberto Fernández a Vaca Muerta, referentes de agrupaciones mapuches le advirtieron que sin la participación de los pueblos originarios, no se podría avanzar en la ejecución de la obra.
En la misma semana, esas comunidades bloquearon el acceso a la gerencia que la estatal YPF tiene en la meseta de Añelo: “Queremos y exigimos que nos consulten porque (la obra) atravesará tierras pertenecientes a pueblos originarios”, argumentaron.
De esta forma, desata más polémica, ya que este acuerdo con los mapuches podría resultar una complicación extra para iniciar la obra, por ello quizás Gutiérrez brinda ahora una respuesta oficial ante Ieasa que contradice el reclamo de las comunidades originarias que habitan la zona donde se desarrollaría el gasoducto.