El dólar oficial volvió a mostrar presión alcista y cerró este viernes a $1.450 para la venta mayorista, su nivel más alto desde septiembre, después de haber tocado un máximo intradiario de $1.476. La suba se produjo incluso frente a ventas de divisas atribuidas al Tesoro de Estados Unidos, destinadas a moderar el incremento, y a intervenciones puntuales del Banco Central. En el Banco Nación, la cotización minorista alcanzó $1.475, con un aumento de 3,5% respecto a la rueda anterior.

Según los operadores, la fuerte demanda preelectoral y la menor liquidación estacional del agro, que ya había adelantado ventas en septiembre, potenciaron la tendencia alcista. “La demanda se mantuvo firme en todos los segmentos, en un contexto de inestabilidad preelectoral y clara falta de oferta”, explicó Nicolás Merino, operador de ABC Mercado de Cambios.
Durante la jornada, las divisas ingresadas desde el exterior limitaron momentáneamente la suba, poco antes de las 14 hs, se registraron ventas de USD 130 millones que estabilizaron el mayorista cerca de $1.460. Sin embargo, la demanda privada volvió a empujar los precios, alcanzando un máximo intradiario de $1.476, muy cerca del techo de la banda cambiaria, fijado en $1.489, donde podrían intervenir automáticamente ventas del Banco Central.

El monto negociado en el mercado mayorista fue significativo: USD 724,4 millones en el segmento de contado. Las reservas internacionales brutas cayeron USD 533 millones, hasta USD 41.168 millones, un mínimo desde el 25 de septiembre.
Los analistas destacan que el alza responde también a la incertidumbre política de cara a las elecciones, la fuerte liquidez en pesos tras la renovación parcial de Lecap y la percepción de un desbalance entre pagos de deuda externa y stock de reservas. Según GMA Capital, “el resultado electoral será clave para determinar si esta normalización cambiaria podrá consolidarse o si la política económica enfrentará más turbulencias”.
A pesar del contexto, el mercado observa que, hasta ahora, la política monetaria prioriza la acumulación de reservas, mientras que la presión de la demanda privada y la escasa oferta genuina siguen marcando el ritmo del dólar. El escenario plantea un desafío complejo de manejo para el Banco Central y el Tesoro en las próximas semanas.

Fuente: Medios