Shakira regresó a la Argentina con un espectáculo arrollador que convirtió el Estadio José Amalfitani en un auténtico festejo latinoamericano. Con tres funciones totalmente agotadas, la artista colombiana reafirmó por qué sigue siendo una de las figuras más influyentes del pop global, combinando energía, hits y un magnetismo escénico que se mantiene intacto tras más de dos décadas de carrera.
Los fans fueron testigos de una presentación cargada de intensidad, en la que Shakira desplegó su inigualable conexión con el público argentino. Desde el primer minuto, el estadio vibró con una puesta visual arriesgada, coreografías precisas y un recorrido musical que abarcó todas las etapas de su trayectoria.
Las presentaciones en Vélez contaron con la producción integral de Fénix Entertainment, una de las compañías líderes en espectáculos internacionales. Su despliegue técnico, operativo y artístico resultó clave para ofrecer un show impecable, con sonido y escenografía a la altura de una estrella global.

Fiel a su estilo, Shakira construyó una lista de temas que combinó sus grandes himnos con colaboraciones recientes que dominan las plataformas digitales. Entre los clásicos más celebrados sonaron Inevitable, La Tortura, Si te vas, Ojos así, Estoy aquí, Suerte, Waka Waka, Hips Don’t Lie y Loba, cada uno coreado por un estadio repleto.
La cantante también incluyó canciones de su etapa más reciente, como la Session con Bizarrap —que supera las 800 millones de reproducciones— Soltera, La Fuerte de su álbum Las mujeres ya no lloran, Chantaje, Girl Like Me, Te Felicito, Acróstico, Monotonía y TQG. Hubo espacio incluso para una versión en salsa de “Chantaje” y una emotiva interpretación de La Pared, acompañada por la Orquesta Estable del Teatro Colón.

El momento más emotivo de la noche
Uno de los instantes más conmovedores llegó con Día Especial, tema coescrito y coproducido junto a Gustavo Cerati. Mientras Shakira cantaba, imágenes del músico argentino se proyectaban en pantalla, generando un clima de nostalgia y homenaje que derivó en una ovación prolongada.
Al final de su tercera presentación, quedó claro que la relación entre Shakira y el público argentino sigue intacta. Miles de familias y grupos de amigos colmaron el estadio para acompañarla en un show que quedará grabado en la memoria colectiva. La artista, por su parte, dejó una marca imborrable con un espectáculo vibrante que combinó cercanía, excelencia artística y un despliegue que solo una estrella de su calibre puede ofrecer.

Fuente: Medios.







