La mañana del 21 de noviembre quedó grabada como una de las más tristes del último tiempo en el Alto Valle. Entre Allen y Fernández Oro, dos mujeres y dos niños perdieron la vida en un choque que volvió a sacudir a la región y a poner en evidencia una realidad que se repite demasiado seguido: la Ruta Nacional 22 sigue siendo un corredor marcado por el dolor.
Con un tránsito intenso, un mantenimiento deficiente y una infraestructura que quedó chica hace años, la RN22 acumula condiciones adversas. Pero, como remarcan los especialistas, el factor decisivo volvió a ser el mismo de siempre: la conducta humana al volante.
A una semana del siniestro, las preguntas persisten. También la oportunidad de repensar cómo se circula en la región. “Si se respetara la velocidad segura, muchos siniestros y muertes serían evitables”, asegura Marcelino Di Gregorio, subsecretario de la Agencia Provincial de Seguridad Vial.

Las cifras respaldan su afirmación. En el primer semestre de 2025 se registraron 48 muertes en 35 siniestros fatales en Río Negro: un promedio de ocho fallecidos por mes. El 62% ocurrió en rutas nacionales.
La RN22, en particular, es una de las más críticas. Entre 2020 y 2023 se produjeron 407 incidentes viales en ese corredor, con 79 víctimas fatales y 121 personas gravemente heridas. Un dato inquietante: más de la mitad de quienes murieron tenían menos de 40 años.
El peso del factor humano
Según los responsables de Seguridad Vial provincial, más del 80% de los siniestros tiene como raíz errores o imprudencias humanas. Entre ellos:
- Exceso de velocidad
- Alcohol al volante
- Uso del celular
- Maniobras riesgosas
- Adelantamientos indebidos
- Fatiga y “micro sueños”
Los choques frontales, explican, suelen ocurrir por dos motivos: un conductor que se duerme y se cruza de carril, o un sobrepaso mal calculado.
A esto se suman otros elementos: rutas en mal estado, vehículos sin mantenimiento adecuado y poca conciencia del impacto real que tienen la velocidad y la distancia de frenado.
La RN22 acumula reclamos por obras demoradas, tramos saturados y problemas que se mantienen desde hace años. Es una ruta vital para la producción, pero también un corredor urbano donde conviven autos, camiones, motocicletas y peatones.
Mientras tanto, las consecuencias siguen siendo devastadoras: 19 de cada 100 personas que se accidentan en la RN22 mueren.
La prevención, la herramienta más poderosa
Para especialistas y autoridades, hay dos pilares clave para revertir la tendencia:
- Cambiar las conductas al volante
Reducir la velocidad, no usar el celular, evitar manejar bajo efectos del alcohol y descansar en viajes largos.
“No más de una hora y media al volante sin pausas”, recomiendan. - Un Estado presente
Más controles, mejores rutas, exigencia mecánica y políticas viales sostenidas.
“Cuando se pierde una vida en la ruta no hay estadísticas que alcancen para dimensionar el daño”, resume Di Gregorio. Pero cada número, cada informe y cada tragedia muestran lo mismo: la seguridad vial debe ser una prioridad urgente.
Fuente: Medios.







