Día Nacional del vino, una fecha que celebra al mundo vitivinícola
Cada 24 de noviembre se festeja esta bebida y su historia nacional. Se calcula que anualmente en Argentina se consumen 22 litros de vino por habitante.
Un día como hoy pero del 2010, año del Bicentenario de la Revolución de Mayo, el decreto nº 1.800 firmado por la entonces presidente Cristina Fernández de Kirchner declaró al vino argentino como bebida nacional. En 2013, el Congreso Nacional sancionó la Ley nº 26.870 que oficializó finalmente la iniciativa.
La historia de esta bebida ostenta casi cinco siglos, la primera vid plantada en nuestro territorio fue en la provincia de Santiago del Estero. Tiempo después, Domingo Faustino Sarmiento, tomó medidas para convertir la producción vitivinícola en una industria, luego con la llegada de los inmigrantes, las grandes bodegas se multiplicaron y también el consumo.
Existen varias provincias que participan de la producción vinícola, entre ellas están: Mendoza (75,31%), San Juan (18,45%), La Rioja (3,06%), Salta (1,76%), Córdoba (0,55%), Catamarca (0,53%), Neuquén (0,49%), Río Negro (0,24%), Entre Ríos (0,001%), Chubut (0,003%), Buenos Aires (0,005%), Jujuy (0,003%) y San Luis (0,15%).
Hay que destacar que la Argentina es el único país vitivinícola que lo tiene como bebida nacional. En cuanto a cuál es el recipiente más vendido, al mirar la tabla que refleja el consumo actual de vinos por porcentaje de acuerdo al formato del envase y el NSE (nivel socio económico) se puede ver que casi el 50% consume vinos en botellas de 750cc, casi 30% en envases de cartón, y el resto pertenece mayoritariamente al botellón de 1250cc.
Por último, a nivel mundial el año pasado nuestro país sostuvo el quinto puesto del ranking internacional con 10,8 millones de hectolitros (casi mil cien millones de litros), detrás de Italia (49,1 hl), Francia (46,6 hl), España (40,7 hl) y Estados Unidos (22,8 hl). Y seguido muy de cerca por Australia (10,6 hl), Sudáfrica (10,4 hl) y Chile (10,3 hl).
Y si bien la pasada pandemia de covid afectó a innumerables industrias en todo el mundo, el vino ha demostrado haber superado esa etapa sin sufrir muchas consecuencias. Básicamente porque todo el consumo perdido por esos días en el on trade (restaurantes, bares, hoteles y caterings) se trasladó rápidamente a las casas bien conocidos como “deliverys” o los afamados “take away”.