Juicio a los rugbiers: el forense de la autopsia explicó la brutal forma en que murió Fernando
Es la primera vez que los acusados están sin barbijos. Por la naturaleza del material que se expusó, los padres de Báez Sosa se retiraron de la sala.
La segunda semana del juicio a los ocho rugbiers acusados de matar a golpes a Fernando Báez Sosa el 18 de enero de 2020 en Villa Gesell. Tendrá como eje central la prueba forense desarrollada a lo largo del expediente. Luego de escuchar en las primeras jornadas a los padres del adolescente asesinado, a sus amigos y a los testigos presenciales de la golpiza, hoy declaró ante el Tribunal Oral Criminal N°1 de Dolores Diego Duarte, el autor de la autopsia.
Declaración de Carolina Giribaldi Larrosa
Es médica generalista y emergentologa desde hace 18 años en el Hospital municipal de Villa Gesell.
Ante el tribunal, contó que la madrugada del 18 recibió un llamado al 107 a las 5. que avisó sobre “un masculino inconsciente en la vía pública”. “Fuimos en ambulancia y encontré a este joven sin signos vitales. Estaba siendo asistido por personal. No identifiqué si era de los bomberos. Le estaban haciendo RCP. Le habían colocado un DEA. Se trata de un desfibrilador automático muy sencillo de utilizar”, afirmó. La ambulancia, según ella, tardó entre siete y nueve minutos en llegar.
Consultada acerca de cómo se constató que Fernando no tenía signos vitales, la mujer respondió: “No tenía movimiento respiratorio y no tenía pulso”.
En el viaje al hospital, contó, se le continuó practicando RCP y con oxígeno porque no tenía signos vitales.
Así, el fiscal Dávila le preguntó por los protocolos aplicados en estos casos. La testigo afirmó que se debe practicar RCP por 40 minutos.
“Yo le hago la constatación de los signos vitales entre las 5.07 o 5.09. En ese momento el desfibrilador externo automático (DEA) informó: ‘Paciente en asistolia. Continúe el masaje cardíaco’. Cada vez que me detenía para ver el monitor, es decir, si había alguna respuesta del corazón, el aparato volvía a decir lo mismo. Cuando el paciente está en asistolia, el DEA no dispara. Recién lo hace cuando se recupera el ritmo. Si eso hubiera pasado el DEA lo hubiera censado e indicado que me alejara para volver a un ritmo normal”, explicó la testigo. También, refirió que el DEA que usó era de los bomberos.
“Lamentablemente no hubo ninguna respuesta. Cuando llegué al hospital hice el pase del paciente a otra doctora, Silvia Romero, que lo estaba esperando en shockroom”, siguió.
El fiscal le pregunta por la lesión en el cráneo de Fernando, descrita por el forense Duarte en la autopsia. La testigo dice que cuando hay una hemorragia cerebral masiva no hay posibilidad de sobrevivir. “El tronco encefálico es fundamental. El paro cardíaco irreversible: se puede estimular el corazón manualmente, pero no tiene estímulo propio. Lo mismo pasa con el sistema respiratorio. Es imposible que alguien sobreviva si tiene una lesión en un centro respiratorio o cardíaco”, siguió.
No se pudo volver a aplicar el desfibrilador, afirmó. Básicamente, nunca se pudo aplicar porque el aparato sirve cuando el corazón vuelve a funcionar.
Consultada sobre el estado de la víctima, sostuvo: “Tenía manchas de sangre en la nariz y la boca, pero no era abundante. No tenía camiseta, sí pantalón. Estaba tendido en el suelo y había mucha gente alrededor. Nadie me explicó qué era lo había sucedido”. Sobre las lesiones en rostro y cuello de la víctima, la testigo dijo que eran hematomas grandes y longitudinales. “Se veía una marca atípica, rara, en forma de zigzag del lado de la mejilla”, dijo. en referencia a la lesión compatible con la zapatilla luego atribuida a Máximo Thomsen.
Llegado el turno de preguntar de Hugo Tomei, el abogado defensor quiso saber cómo estaba equipada la ambulancia y cuántas personas había subido en la camilla a Fernando.
La testigo respondió: “La ambulancia tenía un respirador, un tubo de oxígeno, un DEA -que no se usó en este caso-, un maletín con medicación y elementos que se usan, como gasas. Fueron varias personas las que lo tomaron. Estoy segura de que el chofer, otro bombero más que reconocí porque es chofer del hospital y la enfermera. Al menos esas tres personas, estoy segura”, contestó.
Giribaldi, en cambio, no fue consultada ni expresó el momento exacto en que Fernando fue pronunciado legalmente sin vida.
Declaración del Forense Dolores Diego Duarte
“Trabajamos con un protocolo que cumplí. La autopsia se llevó a cabo en la morgue del hospital de Pinamar. Primero vi a la víctima en Villa Gesell. Yo tomé conocimiento del caso, supe que Fernando estaba en el hospital de Villa Gesell y como vivo en la esquina del hospital, crucé para ver cómo estaba. Hice un examen previo para tener la visualización de con qué me iba a encontrar en la autopsia. Fernando yacía en una cama, presentaba múltiples agresiones en la parte del rostro. Pedí que se le realice una tomografía computada para ver un panorama general de lo que presentaba el cuerpo. El resultado tardó un rato en llegar. Yo lo vi y tenía una importante hemorragia por dentro del cráneo. Además, tomé imágenes con mi celular particular para tener una aproximación de las características de las lesiones que aún conservo en mi teléfono”, dijo.
El fiscal García solicitó al Tribunal que el testigo exhiba las fotos que conserva en el celular.
El abogado Tomei pidió un “tiempo prudencial” para analizar las imágenes que no fueron incorporadas anteriormente. “Es una sorpresa que nos afecta en demasía”, dijo el defensor. Luego, el Tribunal rechazó incorporar esas fotos al expediente por unanimidad.
Duarte identificó un traumatismo severo de cráneo, un golpe muy fuerte en la cabeza que le provocó un sangrado interno y la muerte inmediata. En términos del expediente, aseguró que Fernando “habría fallecido por paro cardíaco, producido por shock nefrogénico debido a traumatismo grave de cráneo.
El golpe, de acuerdo al diagnóstico, causó una “hemorragia masiva intracraneana intra-parenquimatosa sin fractura ósea”.Tras la declaración de Duarte, las fotos oficiales tomadas en la morgue del Hospital de Pinamar fueron proyectadas en la pantalla de la sala de audiencias.
“Por lo visto en el cuerpo, las marcas que presentaba, las lesiones externas, coinciden con los mecanismos de alta energía que provocan muerte instantánea en el paciente”, siguió Duarte: “En cara y cráneo presentaba la mayoría de los golpes. Son áreas centrales porque allí se alojan la mayoría de las funciones del organismo”, continuó.
“El tronco cerebral era el que presentaba más daños”, concluyó.
Por pedido de la defensa, el forense se puso de pie para señalar la marca del desfibrilador en el cuerpo.
“No se puede medir la intensidad de los golpes en la autopsia. Tampoco se pueden determinar la cantidad de golpes que recibió la víctima”, dijo Duarte tras ser consultado por Tomei.
Declaración de funcionarios judiciales
Javier Pablo Laborde es secretario del Ministerio Público Fiscal desde hace una década y en 2020 estaba en la ayudantía de estupefacientes. El testigo explicó que fue convocado para trabajar con la instructora del caso, Verónica Zamboni. Fue él quien hizo análisis de los celulares y de algunos videos.
De los videos observados durante esta sexta jornada del juicio se desprende que los imputados hacen caminando la primera cuadra tras el ataque. A la mitad, se ve, según marca el testigo Javier Pablo Laborde, a Lucas Pertossi regresar hacia donde agonizaba Fernando. Y declaró que lo identificó por su forma de caminar y por su vestimenta. “Pareciera que está enviado audios en ese momento”, dijo.
Las cámaras del estacionamiento del Hotel Inti Huasi son las que captaron a los imputados corriendo esa madrugada. “Después de ver repetidas veces esta secuencia, logré tener familiaridad con su vestimenta”, explicó en referencia a Thomsen. “Minutos después, vi que pasó el resto de los imputados. El dato que confirma esta imagen es que el último lleva un buzo blanco en los hombros”, apuntó el testigo.
Laborde desmenuza ante los jueces uno a uno los videos que están incorporados en el expediente.
A su vez el policía Javier Collova declaró: “Visualicé registros fílmicos por orden de la doctora (Verónica) Zamboni. Los descargué con un link que le envió ella a mi jefe, y él me los pasó a mí. El link estaba en la web de una página de noticias, no recuerdo si era de Infobae, pero puede ser”.
Antes de que lo proyectaran en la pantalla, el hombre recordó que el video estaba captado con un celular justo frente al boliche Le Brique. “Se veía a la víctima en el suelo y a los imputados golpeándolo”, explicó. E indicó que visualizó dos videos de la pelea en la calle. Y, además, un tercero de los imputados en una casa de comidas rápidas. “Creo que lo aportó el gerente del lugar y que tenía un desfasaje de horario. Figuraba como que eran las 17, pero eran las 5”, apuntó.
Luego, fue el turno de Ramón Alberto Rueda, quien se desempeña en la subdivisión de Villa Gesell. Su tarea fue realizar la desgrabación del video publicado por Infobae y que había surgido en el interior del boliche. “Muestra a un patovica forcejeando del cuello con un masculino, que con el dedo señala a un muchacho y hace una seña con el índice por debajo del cuello y el mentón”. El testimonio da cuenta de que Thomsen marcó a alguien que, “con precisión”, el testigo no pudo identificar.
Tras el cuarto intermedio, finalizó la jornada. Se desistió del resto de los testigos que iban a declarar este lunes.
Fuente: Infobae