El Gobierno de Javier Milei sufrió este jueves un nuevo y contundente revés legislativo. En una sesión cargada de tensión política, el Senado rechazó los vetos presidenciales a las leyes de emergencia pediátrica —que declara al hospital Garrahan como centro de referencia nacional— y de financiamiento universitario, ambas impulsadas y defendidas por la oposición.
Con el apoyo de casi todos los bloques opositores, ambas normas fueron insistidas por dos tercios de los votos, requisito necesario para recuperar su vigencia. La ley de emergencia pediátrica obtuvo 59 votos afirmativos, siete en contra y tres abstenciones, mientras que la de universidades consiguió 58 adhesiones, siete rechazos y cuatro abstenciones.
El resultado dejó en evidencia el aislamiento parlamentario del oficialismo y el amplio consenso que generaron ambas iniciativas. Bajo la mirada atenta de la vicepresidenta y titular de la Cámara alta, Victoria Villarruel, la oposición celebró el resultado como una defensa de la salud y la educación pública.
La ley de emergencia pediátrica establece la asignación prioritaria e inmediata de fondos para insumos críticos, medicamentos, infraestructura y personal esencial, con foco en el hospital Garrahan. También dispone una recomposición salarial para el personal de salud asistencial y no asistencial, que no podrá ser menor al nivel real de noviembre de 2023, y exime del pago de Ganancias a quienes realicen actividades críticas. Según la Oficina de Presupuesto del Congreso, el impacto fiscal estimado es de más de $65.000 millones para lo que resta del año.
Por su parte, la ley de financiamiento universitario garantiza la actualización automática de los gastos de funcionamiento y de los salarios docentes y no docentes conforme a la inflación. Además, obliga al Ejecutivo a convocar paritarias trimestrales y aplicar incrementos mensuales no inferiores al Índice de Precios al Consumidor (IPC) informado por el INDEC.
Durante el debate, senadores de distintos espacios cuestionaron con dureza al Gobierno. La peronista Lucía Corpacci sostuvo que “no se puede mirar para otro lado cuando la sociedad ve deteriorarse la atención pediátrica”, mientras que el radical Maximiliano Abad remarcó que “ninguna política pública tiene sentido si no se prioriza la educación”.

La larretista Guadalupe Tagliaferri, en tanto, apuntó al deterioro de la relación entre el Congreso y la Casa Rosada: “El Gobierno rompió todos los puentes. Echaron a los propios que pensaban distinto y crearon un nivel de agresión inédito”, expresó.
Desde el oficialismo, el jefe del bloque libertario, Ezequiel Atauche, defendió los vetos y acusó a la oposición de “utilizar a los niños para hacer política”, aunque sin lograr revertir el resultado. “No es solamente Milei el responsable de este desastre, son los empresarios. Ellos son los beneficiarios de este plan económico. La única manera de parar esto es con el voto, no hay otro camino”, sostuvo en tanto el neuquino Oscar Parrilli.
“Ir en contra de una institución como la universidad pública, o forzar el arancelamiento, puede ser una política muy perjudicial”, advirtió la rionegrina Mónica Silva.

Tras la votación, crece la expectativa por la reacción del Ejecutivo. Si Milei decide no promulgar ni aplicar las leyes, podría incurrir en incumplimiento de deberes de funcionario público, según advirtieron legisladores opositores. En paralelo, el Gobierno mantiene en suspenso el giro de fondos previstos por otra norma que había sido reactivada días atrás, vinculada a la discapacidad.
El nuevo traspié parlamentario vuelve a exponer las dificultades del oficialismo para construir mayorías en el Congreso y marca un punto de inflexión en la disputa entre el Poder Ejecutivo y el Legislativo, en un escenario cada vez más áspero y polarizado.







