Separaron a un policía rionegrino de su cargo por estar vinculado con una banda criminal
Un agente de la Policía de Río Negro fue detenido e inmediatamente apartado de la fuerza, tras ser acusado de integrar una banda criminal dedicada a diversos delitos. La investigación, que incluye seguimientos y escuchas, reveló el presunto vínculo del uniformado con actividades ilícitas en la región.
Un inspector de la Policía de Río Negro fue puesto en situación pasiva tras ser acusado de integrar una banda delictiva, vinculada a violentas entraderas en el Alto Valle. La decisión, que implica su inmediata separación del cargo y la suspensión del sueldo, fue tomada tras su detención en Roca, en el marco de una investigación judicial que lo señala como partícipe en una serie de robos organizados, entre ellos el que tuvo como víctimas a una pareja de adultos mayores en Cipolletti.
La investigación, liderada por el fiscal jefe Gustavo Márquez Gauna y promovida por el Ministerio Público, apunta a una red delictiva con conexiones interprovinciales.
En simultáneo con los operativos en Roca, se realizaron allanamientos en cuatro viviendas de Neuquén, vinculadas a familias gitanas.
Según fuentes judiciales, el oficial no solo habría participado activamente en al menos uno de los robos, sino que también habría cumplido un rol clave aportando información interna y colaborando con la logística de los ataques.
Cómo descubrieron su vinculación con la banda
El caso que permitió identificar al policía como parte de la banda fue una violenta entradera ocurrida en Cipolletti, en la que resultaron víctimas Juan Carlos "El Cheva" Gorini y su esposa, María Ladavaz, de 80 y 79 años, reconocidos comerciantes locales.
Durante el asalto, ambos fueron maniatados y amenazados dentro de su domicilio. El violento episodio tuvo graves consecuencias: Gorini sufrió un accidente cerebrovascular que comprometió seriamente su salud y lo mantiene en estado delicado.
La investigación avanzó rápidamente gracias al análisis de cámaras de seguridad y al cruce de llamadas telefónicas, que permitieron ubicar al oficial en la escena del crimen y vincularlo directamente con la entradera.
Tras la orden de detención emitida por la Justicia, se allanó su vivienda en Roca, donde se secuestró su arma reglamentaria.
Además, se inspeccionó su locker en la Subcomisaría 69°, donde prestaba servicios, y se incautó una computadora personal. También se requisó su vehículo en busca de más pruebas.
La hipótesis de los investigadores
Los investigadores sospechan que el nexo entre el agente y los demás miembros de la banda criminal se originó durante su paso por la Comisaría 26° de Fernández Oro, donde cumplió gran parte de su trayectoria en la fuerza.
Allí habría entablado vínculos con los presuntos cómplices, con quienes luego conformaría un grupo dedicado a robos planificados.
Desde la Policía rionegrina, su pase a situación pasiva fue comunicado como una medida institucional destinada a garantizar el normal desarrollo de la investigación y resguardar su transparencia.
La Fiscalía confirmó que este martes se le formularán cargos al uniformado, en una causa que podría ampliarse con nuevas imputaciones y detenciones.
Fuente: Medios