46 años de gobiernos del MPN y las ganancias son para muy pocos
Pusieron gobernadores en dictaduras y gobiernos democráticos. El equilibrio institucional simulado de una provincia cuyos ciudadanos deberían vivir mejor. Lo demuestran los índices oficiales de pobreza y empleo.
Puede que en las charlas de café haya ciudadanos neuquinos que se escandalicen por regímenes pre democráticos de países de la región, como Cuba, Nicaragua o Venezuela, cuyas costumbres hegemónicas y autoritarias los han llevado a cometer frecuentes violaciones a los Derechos Humanos. Incluso, asesinatos políticos. Son países donde las personas no tienen derechos y cuyos gobiernos promocionan exactamente lo contrario. Al mismo tiempo, tal vez haya quien arrugue la nariz al descubrir que en Formosa, por caso, hay un gobernador instalado desde 1995, el justicialista Gildo Insfrán, uno de los preferidos del presidente Alberto Fernández, y de muchos de los presidentes que pasaron por la Casa Rosada desde entonces. Maneja la provincia norteña con puño de hierro, como pudimos ver durante las restricciones salvajes que aplicó durante la pandemia. Sin embargo, a pocos les parecería menos escandaloso tomar nota de lo siguiente: el primer gobernador del Movimiento Popular Neuquino fue Felipe Sapag, en 1963, seis décadas atrás. Antes había sido electo, y no alcanzó a asumir. Luego, en los últimos 60 años, el MPN gobernó la provincia durante 46 años. Las personas sub 40 que nacieron después de 1983 no conocen otro gobierno que no sea del MPN. Pero la hegemonía no garantiza el bienestar general. Pobreza, indigencia y empleo andan en Neuquén alrededor del promedio nacional, o peor.
El caso del cofundador del MPN Felipe Sapag debe tener pocos paralelos en el mundo democrático moderno. Fallecido en 2010, el viejo caudillo gobernó desde 1963 -dos años después de la creación del MPN y con el peronismo proscripto- hasta 1966, otra vez en 1973, hasta 1976. Volvió a la arena política en 1983, cuando fue electo gobernador por tercera vez hasta 1987, y por cuarta en 1995 hasta 1999. También fue gobernador de facto, designado por una dictadura, entre febrero de 1970 y agosto de 1972. Ese dudoso honor lo tuvo otro gobernador del MPN, Pedro Salvatori, entre agosto de 1972 y mayo de 1973. En los períodos democráticos, luego de Sapag (1983-1987) y Salvatori (1987-1991) siguieron Jorge Sobisch hasta 1995, Felipe otra vez hasta 1999, Sobisch de nuevo hasta 2003 y 2007, Jorge Sapag (sobrino de Felipe, hijo de Elías, el veterano senador fallecido en 1993, cofundador y primer presidente del MPN), desde 2007 a 2011 y luego hasta 2015, y finalmente Omar Gutiérrez por dos períodos consecutivos, hasta este año.
El poder no es solo gobernar. El MPN maneja además las designaciones en la justicia, el TSJ, organismos de control, consigue mayorías legislativas cuando las necesita, y gobierna la populosa Ciudad de Neuquén, que concentra más del 50 % del padrón electoral de la provincia. Además, desde hace algunos años, cuenta en su "cartera" de asuntos importantes con todos los negocios y regalías relacionados al tesoro surgente de Vaca Muerta.
Cuando fue fundado el MPN, aún no ocurrían el Mayo Francés, el festival de Woodstock, las explosiones culturales de The Beatles y Elvis Presley, faltaban años para que el hombre llegase a la luna, y aun no asesinaban a John Kennedy.
Entonces, la regla es que las elecciones de gobernador siempre las gana el MPN, y que a veces, en alguna elección municipal o legislativa, los neuquinos nos damos el lujo europeísta de votar por algún opositor. La red de poder del MPN se multiplica y extiende además a través de las relaciones comerciales con el Estado, proveedores, empleo estatal y contratos. Lo que hay es un régimen monolítico, casi sin fisuras, bajo el ropaje de costumbres institucionales, administrado por el poder partidario, político, económico y empresario de Jorge Sapag, quien ascendió en su carrera desde que fuera un joven y eficiente ministro de Jorge Sobisch entre 1991 y 1995. Hoy es el gerente general del poder. El CEO de una maquinaria que lleva gobernando en períodos alternados, y luego ininterrumpidos desde 1983, a través de sesenta años.
La zona segura
Cada tanto, el anillo de seguridad del MPN se fractura aunque hasta ahora ningún evento ha sido suficiente como para darles a los neuquinos un respiro de alternancia.
Los crímenes por la represión a estatales y trabajadores en medio de enormes protestas sociales y sindicales, de Teresa Rodríguez en 1996 y del maestro Carlos Fuentealba en 2007, sacudieron hasta los cimientos a la política y a la sociedad local. Ambos son íconos nacionales de la resistencia. La muerte de Fuentealba truncó una incipiente carrera presidencial de Jorge Sobisch, quien en los años posteriores quedó en los bordes marginales de la política. Pero el MPN ganó las dos elecciones de gobernador posteriores a estos hechos conmocionantes.
En 2018, el diario EL PAIS de España publicó que diez años antes, el por entonces gobernador Jorge Sapag habría intentado depositar cinco millones de dólares en un banco europeo, precisamente en una entidad llamada Banca Privada D'Andorra. Y que el banco se había negado a recibir tales depósitos, por sospechar del origen del dinero. Supusieron que venía de coimas petroleras. Según aquella publicación que Sapag negó de modo terminante y escandalizado, la intención del ex gobernador habría sido depositaar esos millones y distribuirlos a través de sociedades montadas en el paraíso fiscal de Belice. El dinero iría a dos cuentas y se invertiría a consejo del banco. En febrero de 2018 el Ministerio Público Fiscal de Neuquén abrió una investigación por la publicación de EL PAÍS, de la que hoy nada se sabe. También intervinieron la Unidad de Información Financiera (UIF) y la Procuraduría de Criminalidad Económica. Seis meses después de la publicación en España, la Secretaría de Estado de Asuntos Financieros Internacionales del Ministerio de Finanzas de Andorra pidió la comparecencia del ex gobernador y de otras 13 personas físicas entre ellas el ex ministro de Sapag, Guillermo Coco, señalado también por el diario EL PAÍS. Las publicaciones periodísticas citaban un documento de la BPA de Andorra, en el que se dice que el dinero era parte de "...comisiones y regalías originadas por las intermediaciones en las renegociaciones de las concesiones". Agregado a mano y con un asterisco se leía "Coimas del petróleo de los Kirchner".
Sapag declaró después que estaba "tranquilo" y que no hallarían nada raro "ni en España ni en ningún lugar del mundo". El rastreo de noticias sobre la "investigación judicial" en Neuquén se pierde en 2019. Aquello fue un escándalo, pero la protección política fue rápida. Omar Gutiérrez, los diputados del MPN, el dirigente petrolero Guillermo Pereyra, salieron con todo a defender a Jorge Sapag. Al año siguiente, el MPN volvió a ganar unas elecciones de gobernador con los mecanismos de siempre. Y el anillo de seguridad del poder fue restaurado.
Conclusiones y datos
La pregunta que cabe hoy, es qué pasó con la gente, con los ciudadanos de Neuquén en todos estos años de gobierno emepenista. Un reciente informe de la CEPAL sobre la evolución del PBG de las provincias argentinas entre 2004 y 2021, dice que Neuquén está entre las nueve provincias que crecieron menos que el promedio nacional, está décimo novena entre 24 jurisdicciones en cuanto a generación de riqueza en ese período, y debajo de San Luis, Santa Fe, y la CABA entre las que crecieron menos que el promedio. Sólo supera a La Rioja, Mendoza, Catamarca, Chubut, y Santa Cruz. Dos de esas provincias (Chubut y Mendoza) tienen prohibido hacer minería, y Santa Cruz vive de crisis en crisis.
La Encuesta Permanente de Hogares mide las condiciones socioeconómicas del conglomerado urbano Neuquén-Plottier. Allí viven según la EPH 316.000 personas de las que 142.000 son económicamente activas. Al tercer trimestre de 2022, hay en estas dos ciudades 7.000 desocupados plenos, 16.000 personas ocupadas que buscan un segundo trabajo para sobrevivir, y 9.000 subocupados. Es decir, que en el conglomerado urbano más poblado de Neuquén hay 32.000 personas con problemas de empleo. ¿En la tierra de Vaca Muerta?
Peor se ve el último índice oficial de pobreza. Marcó 37,5 % en el mismo conglomerado Neuquén-Plottier para el primer semestre del año pasado, última cifra disponible. Más que el promedio nacional del 36,5 %. Esto es, 117.264 personas pobres de las que 16.970 son indigentes. Estas cifras oficiales medidas por el Indec con la participación de organismos provinciales, no hacen más que contrastar con el aparato de comunicación oficial que con frecuencia publica récords de empleo en diversos sectores.
Lo que sí fue récord en 2022 y por encima del presupuesto provincial, fueron los ingresos por regalías de gas y petróleo, de más de 162.000 millones de pesos, un 122 % más que en 2021, de acuerdo a un informe de enero del diario Río Negro. Aun con el boom petrolero, la publicación indica que el resto de los ingresos provinciales y nacionales fueron menores a la inflación. Sólo quedaron a salvo del "impuesto de los pobres" los trabajadores estatales, que tienen una fórmula de aumento automático desde 2017 y que con los haberes que cobraron en enero, completaron más del 100 % de aumento el año pasado.
La política
Como se ve, los números "gruesos" de Neuquén no son como para tirar "manteca al techo". La riqueza y las posibilidades del petróleo y de los yacimientos de oil y gas de Vaca Muerta deberían "dar vuelta" la provincia en pocos años. Pero ello no sucede. Por eso, la responsabilidad de la oposición es mucho mayor que su propio promedio histórico. Claro, hay partidos políticos, gremios y organizaciones que se han "acostumbrado" en Neuquén a ejercer de oposición blanda como para cumplir con ciertos estándares del sistema. Ser oposición por siempre jamás también es un micro negocio que genera cargos políticos, sueldos vitalicios, contratos, cargos electivos, viáticos, y una cuota de los ingresos de la política. Así, son pocos quienes se animan a romper los esquemas de una provincia gobernada por un mismo partido político casi desde siempre. Alguna vez fue el mítico cura obispo Jaime De Nevares, alguna más, Oscar Massei, las apariciones del Frepaso en los 90 y de los radicales de Horacio "Pechi" Quiroga fueron intentos de romper la hegemonía, pero nunca alcanzó. Y el peronismo negoció siempre con el MPN. No es que esté mal. Es un dato.
Este año, la atomización opositora de muchos que prefirieron "cuidar su quinta" y no arriesgar, favorece otra vez las perspectivas del MPN, que además llevará en su boleta al poderoso intendente de la capital Mariano Gaido, que va por su reelección. El Frente de Todos, Juntos por el Cambio, sus partidos integrantes se partieron en diversos sectores internos ahora antagónicos. Algunos decidieron acompañar al ex emepenista Rolando Figueroa. El diputado nacional es el único que aparece con chances reales de discutirle la gobernación al partido que fundaron los Sapag promediando el siglo pasado, en 1961. Otros, optaron por mantener sus cuotas de poder, para sostener un sistema que simula institucionalidad, aunque haya -como en cualquier provincia que produce poco y nada- miles de personas pobres y con problemas de empleo. Personas que en la Neuquén poderosa y rica de Vaca Muerta, no pueden decidir qué comen, hasta qué día del mes, o en qué lugar atienden su educación y su salud. Para ellos es lo que hay. Sesenta años de lo mismo, sin posibilidades de alternancia. Bajo los designios de un partido que cuando fue fundado por un grupo de familias neuquinas que buscaron sortear la proscripción del peronismo y cuyos descendientes aún gerencian el poder, aún no ocurrían el Mayo Francés, el festival de Woodstock, las explosiones culturales de The Beatles y Elvis Presley, faltaban años para que el hombre llegase a la luna, y aun no asesinaban a John Kennedy. Entretanto, en ese mismo tiempo en Argentina fueron presidentes Arturo Frondizi, José María Guido, Arturo Umberto Illia, los dictadores Juan Carlos Onganía, Roberto Marcelo Levingston y Alejandro Lanusse; Héctor J. Cámpora, Raúl A. Lastiri, Juan Domingo Perón, María Estela Martínez de Perón, volvieron las dictaduras con Jorge Videla, Roberto Viola, Leopoldo Galtieri y Reynaldo Bignone. Luego llegaron con el voto Raúl Alfonsín, Carlos Saúl Menem, Fernando De la Rúa, Ramón Puerta, Adolfo Rodríguez Saá y Eduardo Camaño en la semana de los cinco presidentes. Tras el estallido de 2001 fueron presidentes Eduardo Duhalde, Néstor Kirchner, Cristina Fernández de Kirchner, Mauricio Macri y Alberto Fernández. Todos convivieron con el poder del MPN.
Ha pasado el tiempo. Demasiado para los que pelean todos los días por vivir mejor.