Alison Calfunao, la joven neuquina que sufrió gravísimas complicaciones tras una cirugía programada el 9 de junio, volvió a viajar a Buenos Aires para someterse a controles médicos esenciales. Mientras continúa su recuperación lejos de su familia, enfrenta además graves dificultades: la falta de medicamentos y la negativa de su obra social a autorizar los reintegros que necesita para sostener su tratamiento.
En una publicación en redes sociales, Alison compartió el dolor físico y emocional que atraviesa. “Vuelvo a estar en Buenos Aires, haciendo controles, extrañando a mis bebés. Días que me pregunto ‘¿qué hago acá?’ Debería estar en casa con ellos, disfrutando los últimos días de escuela y jardín”, expresó.
La pesadilla comenzó el 9 de junio, cuando ingresó a una cirugía de ligadura de trompas que terminó en una emergencia vital. Durante la intervención sufrió dos paros cardiorrespiratorios y debió ser trasladada de urgencia al Hospital Italiano de Buenos Aires, donde recibió un trasplante de corazón y posteriormente le amputaron la pierna derecha por encima de la rodilla.
El 28 de octubre, sus abogados presentaron en Fiscalía un informe médico forense que detalla irregularidades en la atención. El estudio, elaborado por el forense Francisco Delgado (General Roca), indica que Alison sufrió una hemorragia interna que no fue detectada a tiempo, lo que derivó en el paro cardíaco y respiratorio. Además, señala que no se habrían aplicado adecuadamente los protocolos de reanimación.
Mientras continúa en recuperación y depende de medicación de por vida, la joven denuncia una situación crítica: Swiss Medical no le autorizó varios medicamentos, entre ellos los cardiológicos esenciales.
“Hace poco me quedé sin medicación del corazón. ¿Saben quién me salvó? El Hospital Castro Rendón, porque nadie podía dármela”, relató. También aseguró que necesita solicitar la medicación con mucho tiempo, porque cualquier retraso pone en riesgo su vida.
La falta de reintegros también afecta su movilidad en Buenos Aires. “Necesito el dinero para poder manejarme acá. No estoy por gusto, estoy porque tengo que cuidar mi vida”, escribió.
En sus mensajes, Alison volvió a pedir justicia y advirtió sobre el impacto emocional del proceso. “Tengo ataques de pánico, dolores que no me dejan moverme y días enteros sin dormir. Que no se olvide mi caso. Ellos viven tranquilos, yo no”, afirmó. “Voy a pelear hasta lo último. Que el juez me escuche”.
La joven neuquina insiste en que quienes, según denuncia, cometieron las irregularidades que casi le costaron la vida continúan sin afrontar responsabilidades, mientras ella enfrenta cada día las secuelas físicas, psicológicas y económicas de lo ocurrido.
Fuente: Medios







