El Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) empieza a mostrar su peso en el mapa económico argentino, y la Patagonia se consolida como el principal imán de capitales. Entre los proyectos ya aprobados y los que están en evaluación, Neuquén y Río Negro concentran las mayores apuestas del programa, con obras que superan los US$ 5.000 millones hasta 2027 y transformarán el perfil productivo y exportador de la región.
Los datos privados relevados por el consultor Juan José Carbajales, director de Paspartú, muestran que hay ocho proyectos aprobados por US$ 15.700 millones y otros once en trámite, la mayoría vinculados a la energía y la minería. Entre ellos, dos gigantes patagónicos marcan el rumbo: la terminal de GNL en la costa rionegrina y el oleoducto Vaca Muerta Oil Sur (VMOS).
Los nuevos nodos energéticos

El proyecto más grande en ejecución bajo el RIGI es el de licuefacción de gas natural para exportación, que el consorcio Southern Energy, integrado por PAE, YPF, Pampa Energía, Harbour Energy y Golar LNG, instalará en las costas de Río Negro entre fines de 2027 y 2028.
La inversión total asciende a US$ 6.878 millones hasta 2045, con un desembolso inicial de US$ 505 millones en los primeros dos años. El complejo convertirá gas neuquino en gas natural licuado (GNL) para exportarlo por vía marítima, un paso decisivo para colocar a la Patagonia como nuevo polo exportador de energía limpia.
El segundo gran proyecto en la región es el Vaca Muerta Oil Sur, liderado por YPF junto a Vista, Pluspetrol, PAE, Tecpetrol, Chevron, Shell, Pampa Energía y GyP de Neuquén.
La obra, que implica una inversión de US$ 2.441 millones hasta 2027, unirá la cuenca neuquina con Punta Colorada, donde se construye una terminal marítima de exportación de crudo, una de las mayores de Sudamérica.
“La Patagonia tiene condiciones únicas para invertir”

El gobernador de Neuquén, Rolando Figueroa, celebró el impacto del régimen y lo vinculó con la estrategia provincial de desarrollo:
“El RIGI nos permite acelerar inversiones estratégicas y consolidar a Vaca Muerta como motor de la transición energética. Pero también nos exige planificar, agregar valor y cuidar el equilibrio ambiental y social”, destacó.
Figueroa recordó que Neuquén también impulsa su propio esquema de beneficios, el ‘RIGI neuquino’, para atraer capitales con reglas claras y participación local:
“No queremos ser solo productores de materia prima. Queremos que cada dólar que llegue se traduzca en trabajo, infraestructura y tecnología patagónica.”
Por su parte, el gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck, resaltó la decisión de mantener la cadena de valor dentro de la provincia:
“En proyectos como Vaca Muerta Sur o Calcatreu trabajamos para que toda la operatoria, desde la producción hasta la exportación, se realice en Río Negro. El RIGI brinda la estabilidad fiscal necesaria, pero lo más importante es que esos beneficios se traduzcan en desarrollo local”, afirmó.
Weretilneck subrayó además que la Patagonia ofrece previsibilidad y seguridad jurídica para inversiones de largo plazo, y que “el desafío es convertir esos capitales en infraestructura, energía y empleo de calidad para los rionegrinos”.
Una nueva geografía de inversiones

Con los proyectos de GNL, petróleo y minería en marcha, Río Negro, Neuquén, Salta y San Juan figuran entre las provincias más beneficiadas por el RIGI. En el caso patagónico, la sinergia entre la cordillera y el mar abre una oportunidad inédita: integrar la producción energética, la industrialización y la logística exportadora bajo un mismo eje.
Los US$ 5.000 millones que ingresarán hasta 2027 marcan el comienzo de una década decisiva para la región. El régimen genera expectativas entre los gobiernos provinciales, que buscan equilibrar los beneficios fiscales con mayor contenido local y valor agregado.
Mientras tanto, la Patagonia se consolida como el epicentro de la nueva matriz productiva argentina, donde los recursos naturales, la infraestructura y la estabilidad provincial se combinan para atraer las inversiones más grandes del país.