La gestión del gobernador avanzó con una purga inédita en la administración pública. Ausentismo, licencias truchas y hasta delitos graves figuran en la lista de casos que terminaron en despidos.
El Gobierno neuquino lleva adelante un proceso de depuración sin precedentes en la administración pública. En apenas nueve meses de gestión, cerca de 40 empleados fueron cesanteados bajo la política “Tolerancia cero”, una consigna que resume la decisión de cortar con viejas prácticas que durante años se toleraron en el Estado.
Los expedientes que salieron a la luz muestran un abanico de situaciones: desde ausencias reiteradas hasta delitos graves con condena judicial. Cada caso fue publicado en el Boletín Oficial, dejando en claro que no se trata de una medida simbólica, sino de un cambio de reglas en la administración provincial.
Casos que marcaron un quiebre
Entre los más resonantes aparece el de Martín Miguel Irigoyen, expresidente de Cormine, acusado de representar ilegalmente a la empresa en un juicio, perderlo y cobrar honorarios por la misma firma que debía defender. También se conoció el caso de un chofer de ambulancia en Zapala sorprendido con drogas y dinero en su casillero; y el de un trabajador de la Subsecretaría de Familia que fue despedido tras manejar en estado de ebriedad con menores a bordo.
La lista continúa con un portero de Aluminé condenado por abuso sexual continuado, un sargento penitenciario sentenciado a ocho años de prisión por agredir a su hija y una empleada denunciada por estafar a una compañera usando su tarjeta de débito.

Ausentismo y licencias truchas
Uno de los puntos más repetidos en los expedientes es el festival de ausencias injustificadas. Una funcionaria de Recursos Humanos en Neutics Sapem presentó certificados médicos falsos con fechas futuras, mientras que en el Hospital Castro Rendón dos trabajadores falsificaron licencias con sellos robados.
Otros casos llamaron la atención por lo insólitos: un portero de Neuquén capital justificó meses de faltas porque “no tenía celular para avisar”, mientras que un médico de Chos Malal directamente desapareció de su puesto y luego se descubrió que había emigrado a Estados Unidos sin renunciar.
Ordenar las cuentas y recuperar confianza
Desde la Casa de Gobierno aseguran que esta política busca no solo reducir gastos innecesarios, sino también recuperar la confianza ciudadana en la administración pública. La frase repetida en el entorno del gobernador Rolando Figueroa es clara: “El que no cumple, se va”.
Las medidas abrieron debate: algunos critican la dureza de la iniciativa y la catalogan como “mano dura”, pero para muchos neuquinos cada despido es una señal de que el Estado empieza a depurarse y los salarios públicos se destinan a quienes realmente trabajan.
Fuente: Medios.







