A la salida del cuarto oscuro, una votante expresó una duda que muchos ciudadanos comparten: “¿No me borrarán el voto?”. Esta preocupación surge en el contexto de la implementación de la Boleta Única de Papel (BUP), un sistema que reemplaza las tradicionales boletas partidarias por una única hoja que reúne todas las fuerzas políticas y categorías a elegir.
Qué es la Boleta Única de Papel y cómo funciona
La BUP fue introducida por la Ley 27.781 y tiene como objetivos principales aumentar la transparencia, reducir faltantes o errores en las boletas y simplificar la logística electoral. Cada votante recibe una boleta firmada y numerada por la autoridad de mesa, marca su preferencia en los casilleros correspondientes, dobla la hoja según las instrucciones y la deposita en la urna, preservando así el secreto del voto.


La inquietud sobre la posible pérdida del voto surge por varios motivos: la novedad del sistema, el temor a errores al marcar la boleta, la desconfianza histórica en ciertos procesos y la sensación de pérdida de control ciudadano.
Para garantizar que esto no ocurra, la BUP incorpora varios mecanismos:
- Conteo transparente: al centralizar todas las opciones en una única hoja, se dificulta la manipulación y se facilita el escrutinio.
- Boleta oficial y numerada: la autoridad de mesa entrega la hoja firmada y un bolígrafo, asegurando que el votante use un documento legítimo.
- Secreto y marcado correcto: las instrucciones para doblar la boleta preservan el secreto; marcas incorrectas pueden anular el voto, pero no “borrarlo”.
- Fiscalización y control: cada mesa cuenta con autoridades y fiscales partidarios que supervisan el proceso, incluyendo protocolos ante boletas erróneas o incidentes.

Transparencia en el conteo y escrutinio
Durante el escrutinio, la boleta única facilita un conteo más transparente, evita faltantes de boletas de algún partido y disminuye la posibilidad de manipulación. En caso de errores del votante, como marcar más de una opción por categoría, el voto puede anularse para esa categoría, pero no desaparece. Errores de funcionarios también tienen protocolos de corrección.
Aunque ningún sistema electoral es completamente invulnerable, la BUP refuerza los controles respecto al método anterior y, junto con la fiscalización partidaria y la supervisión de organismos oficiales, busca garantizar que cada voto emitido sea respetado y contabilizado correctamente.

Fuente: Medios







