El animal iniciará un proceso de adaptación para su traslado al Santuario de Elefantes en Brasil, siguiendo los pasos de sus compañeras Pocha y Guillermina.
El elefante muerto era el "colmilludo" más grande de toda Botswana cuyo marfil llega a pesar 91 kilogramos y un gran atractivo de avistaje para los turistas.