La Escuela del Valle de Roca volvió a estar en el centro de la preocupación pública tras una grave denuncia realizada por padres de alumnos. Según relató Julieta Pistagnesi, madre de un estudiante de primer año, un alumno de 13 años llevó balas al colegio y amenazó con matar a sus compañeros y luego quitarse la vida.
El hecho se conoció a partir de un correo institucional enviado el lunes 30, en el que se minimizaban los rumores que circulaban en los pasillos, calificándolos como “cosas de chicos”. Tras recibir el mensaje, la madre consultó a su hijo, quien confirmó la amenaza: “Nos dijo que un nene los agredió, llevó balas y dijo que iba a matarlos a todos y después matarse él también”, señaló Pistagnesi.
La situación generó temor entre las familias, muchas de las cuales decidieron no enviar a sus hijos a clases. “Estamos con psicólogos porque hay miedo de ir a la escuela. Estoy analizando cambiar a mi hijo de colegio porque no puede seguir perdiendo días de clases”, agregó la madre.
Antecedentes de violencia en la escuela
El caso se suma a un episodio ocurrido hace unos días, cuando un alumno de cuarto grado atacó a otro con un tenedor, en un contexto de bullying sostenido que no fue abordado por la dirección ni el gabinete psicopedagógico. Los padres denunciaron la falta de intervención institucional y la ausencia de convocatorias formales para tratar la situación: “Nunca la escuela llamó a los padres. Nos autoconvocamos. Somos 12 familias, en cursos de 15 chicos”, detalló Pistagnesi.
Según trascendió, el padre del alumno que llevó las balas se dedica a la caza de animales, lo que incrementa la preocupación por el acceso a armas y municiones.
Las madres y padres manifestaron temor de enviar a sus hijos al colegio y evaluarán realizar una denuncia penal si no reciben respuestas concretas. Exigen medidas urgentes para garantizar la seguridad de los estudiantes, convocatoria a las familias, activación de protocolos de contención y prevención, investigación del acceso a municiones, evaluación del entorno familiar del alumno involucrado y refuerzo de los controles internos.
“La escuela minimizó el hecho. No se puede seguir naturalizando la violencia ni el silencio institucional”, advirtieron los padres.
Fuente: Medios