El 23,4% de los hogares argentinos se vio obligado a endeudarse para cubrir gastos básicos en el primer trimestre de 2025, según un informe del Instituto Argentina Grande (IAG) basado en datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH). El dato refleja el creciente deterioro del poder adquisitivo de las familias y un cambio en la forma en que se financian, ya que cada vez más recurren al sistema financiero formal y, simultáneamente, a redes informales.
La proporción de hogares endeudados es apenas inferior al pico registrado en 2019, pero la composición cambió, debido a que el uso de bancos y entidades financieras creció un 24% desde el cambio de gestión, mientras que 6 de cada 10 hogares endeudados combinan préstamos formales con ayuda de familiares o amigos.

El informe advierte sobre un desacople entre el nivel de endeudamiento y los ingresos reales. Desde noviembre de 2023, la deuda total de las personas con entidades financieras creció un 69% en términos reales, mientras que el salario promedio del sector privado registrado cayó un 2,5%.
Actualmente, el 30% de la población adulta mantiene algún tipo de deuda con el sistema financiero. Lejos de ser una herramienta para financiar bienes durables, el crédito se transformó en una estrategia para compensar ingresos que no alcanzan para cubrir necesidades básicas.
El estudio también señala que las tasas de interés superan ampliamente la inflación, lo que agrava el riesgo de sobreendeudamiento. Hoy, la tasa nominal anual (TNA) para tarjetas de crédito se ubica en 87,4%, y para préstamos personales en 81,6%, mientras que la inflación anualizada ronda el 28,3%.
Este escenario es resultado del apretón monetario aplicado por el Gobierno para contener el tipo de cambio, pero que en los hechos encarece el acceso al financiamiento y castiga a los sectores más vulnerables.

Inflación y caída del poder adquisitivo
Desde el cambio de gestión, la inflación acumulada asciende al 233%, pero la situación salarial ha sido aún más adversa para los empleados públicos nacionales, cuyo ingreso nominal creció apenas un 115%, lo que representa una caída real del 32% en su poder de compra.
El aumento de los servicios públicos, por encima de la inflación general, ha sido uno de los factores que más afectaron el bolsillo. Según estimaciones del IAG, si se actualizan los ponderadores del IPC como prevé el INDEC para 2026, la inflación acumulada podría llegar al 247%, reflejando con mayor precisión el impacto real en el costo de vida.
Fuente: Medios